PP

Damocles, Moreno y Arenas

La Razón
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El Partido Popular empieza hoy su singladura electoral. Mariano Rajoy, vecino de Santa Pola, tomó la decisión de no decidir y, en su lugar, señaló licenciosamente el cuadrilátero mientras apuraba en un restorán próximo al Congreso el último trago espirituoso. Ahí os quedáis, pensó el histórico dirigente gallego. La batalla promete. En menos de dos semanas, arrancarán las primarias y los candidatos han empezado ya a movilizar a sus aliados. Ahora mismo, los sondeos señalan que el hasta hace poco partido alfa estrenará poder femenino, pues son Cospedal o Sáenz de Santamaría quienes mejor salen en la foto de la encuesta. Del alfa a la gamma. Pero si alguien hay a quien le va el oficio en esta contienda entre gineceos es al presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, quien acaba de percatarse de que, sobre su cabeza, hay pendiendo de la crin de un caballo una espada del tamaño de la Tizona. Son las cosas del poder y de las familias. El cuadro del PP en Andalucía es un mosaico. Por provincias, Santamaría controla Huelva, Cádiz y Málaga, mientras que Jaén, Almería y Granada se inclinan por Cospedal. (En Sevilla no se aclaran.) Sin embargo, Moreno, malagueño y sorayo hasta el tuétano, no ha optado ni por la chicha ni por la limonada. Nobleza y cargo obligan, musitan desde su entorno, aunque va tomando el cariz de evidencia que su puesto va a depender irremediablemente de que la ex vicepresidenta sea la nueva dirigente nacional. Con las elecciones andaluzas a la vuelta de la esquina, el congreso del 20 de julio se ha convertido en la espada de Damocles de Moreno, quien podría verse removido del cargo por las prisas de los comicios andaluces. Moreno calla, no así su gente. Uno es Javier Arenas, sorayo si le conviene, o no, pero ajeno a espadas y a Damocles. Él siempre está.