Dudas por el precio de la uva en una vendimia que dejará 360.000 jornales

Las cuatro denominaciones de origen de la comunidad andaluza se encuentran en plena vendimia con grandes expectativas de contar con una excepcional cosecha, en cuanto a calidad y cantidad, debido a la buena climatología de este año. Concretamente, según fuentes de la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG) en los lagares se espera moldurar unos 160.000 millones de kilos, lo que supondrá un importante aumento de la producción respecto a la del año 2012, muy seco y frío, que fue bastante menor en las cuatro zonas vinícolas andaluzas: Jerez (70 millones), Condado de Huelva (50-55 millones), Montilla-Moriles (30 millones) y Málaga (5-6 millones). Miguel Pérez, responsable de vinos de COAG, señala que hay que añadir además que los viticultores se han gastado menos dinero en plagas debido a que el tránsito de la primavera al verano fue poco húmedo.

En estos momentos, la vendimia se encuentra al 60% y las previsiones estiman que cuando acabe la recolección en las cuatro zonas se habrán pagado unos 360.000 jornales aproximadamente.

Los productores, repartidos en más de 25.000 hectáreas, se muestran satisfechos debido a que los precios no se están manteniendo respecto a años anteriores, pese a que en los últimos años ha habido una bajada intensa del consumo de vino en líneas generales. «Ya no estamos en los momentos en los que había una gran alegría, donde se ponía la botella sobre la mesa para que nos vieran. Sin embargo, ha aumentado el consumo en casa, donde cada vez se bebe más vino y mejor», señala Pérez, que mantiene que este descenso se equilibra con las ventas en el exterior y con la importante bajada de las hectáreas de cultivos por el denominado «arranque de viñas» iniciado durante tres años en 2008 y con el que la Unión Europea (UE) fomentó la desaparición de estos cultivos. Según apuntan desde COAG, sólo en el marco de Jerez, el más importante de la región, se llegó a eliminar el 30% de lo plantado, pues se convirtió en una suerte de prima para los viticultor de mayor edad y una salida para aquéllos que no terminaban de despegar en el sector. Las cuantías a percibir iban en función de los rendimientos de los viñedos, de 7.560 a 10.320 euros por hectárea. «El abandono estaba subvencionado, pero en el momento en el que arrancaban las cepas el campo no tenía demasiadas alternativas de sobrevivir, pues el secano es obligado».

Aunque el panorama con los datos de esta campaña parece dorado, la verdad es que para los dueños de las viñas no hay un amplio margen de beneficio debido a la imposibilidad de negociar los precios directamente con las bodegas. «El sector está contra las cuerdas, porque, como ha ocurrido en otras veces, nos multarán si hacemos directamente la gestión», concreta Pérez con incertidumbre, que cree que el kilo estará entre los 30 y los 60 céntimos».

Para estos «héroes», una alternativa interesante pasa por plantar variedades de uva distintas a las tradicionales de la zona y producir vinos tintos y blancos, hasta hace poco impensables fuera de ciertas zonas. «Era como una norma que el tinto sólo se podía hacer con el frío del norte y ahora nos damos cuenta de que logramos unos de gran calidad, que no tienen nada que envidiar a los que se venden en otras latitudes, con lo que se da otra oportunidad a las viñas».