Andalucía

«El acuerdo entre Podemos e IU es un matrimonio de conveniencia»

Sergio Pascual. diputado de Podemos, ya no es secretario de Organización pero sigue siendo una de las voces referentes en el partido, sobre todo dentro del sector más vinculado a Íñigo Errejón

Sergio Pascual
Sergio Pascuallarazon

Sergio Pascual. diputado de Podemos, ya no es secretario de Organización pero sigue siendo una de las voces referentes en el partido, sobre todo dentro del sector más vinculado a Íñigo Errejón

–¿Cómo encara Podemos las nuevas elecciones? ¿La intención del partido es repetir la agrupación con las confluencias y sumar a IU?

–La lectura que estamos haciendo es que la repetición de elecciones es una segunda vuelta a todos los efectos. Lo que cada uno ha hecho para llegar a este punto va a pesar en la decisión de los ciudadanos. Presentar una papeleta con posibilidades de ser la opción que tenga visos de ser ganadora y desbanque definitivamente al Partido Popular va a hacer que los que ya fuimos juntos veamos la necesidad más clara de continuar con ese proyecto. Por otro lado, hay incentivos para que se explore la opción de que aquellos votos de partidos que nos hemos sentido cercanos no se disgreguen. Todos esos elementos juegan a favor del entendimiento.

–¿Los personalismos pueden generar problemas? Ada Colau ha crecido mucho y Galicia y País Vasco tienen elecciones en breve y ganas de tener una marca propia.

–Honestamente no lo creo. Podemos con sus distintas versiones y con independencia orgánica es una buena opción. Intentamos que tuvieran grupo propio pero tienen autonomía.

–¿Y eso no puede ser un problema?

–Se pueden buscar fórmulas jurídicas. No pudimos antes, pero pueden buscarse ahora manteniendo la lógica política de ese acuerdo que en las pasadas elecciones fue todo un éxito.

–Podemos no va a hacer primarias. El PSOE sí.

–Las primarias del PSOE son para elegir al único posible candidato, una especie de «aclamatio». Por eso se pueden permitir esas florituras. Las nuestras son de verdad.

–¿Si hay confluencia finalmente con Izquierda Unida, por qué figura apostaría?

–Hay muchos incentivos para que se dé ese espacio de acuerdo. Podemos e IU son partidos muy diferentes, con programas diferentes, con formas organizativas diferentes, y con historia e hipotecas bancarias diferentes. El incentivo de que estemos ante una segunda vuelta y la primacía de la utilidad del voto empujan en esa dirección. A partir de ahí, una vez que Pablo Iglesias y Alberto Garzón han mostrado su voluntad de entendimiento, el resto es lo que los secretarios de organización llamamos «casquería», hablar de los detalles.

–¿Por qué no ha habido acuerdo entre el PSOE, Podemos y nacionalistas?

–En las votaciones que hemos tenido en el Congreso hasta ahora ese escenario demuestra que era posible. Es paradójico que alguien de Podemos anime a Sánchez a haberse atrevido a ser presidente.

–El PSOE dice que nunca habéis querido negociar.

–Que se atreva. Que pida al Rey volver a presentarse y que lo haga con su programa y no con el de Ciudadanos.

–¿Qué le parece el «acuerdo de mínimos» que propuso Compromís para facilitar un Gobierno de izquierdas?

–Habría merecido la pena explorarlo. El PSOE no quiso acuerdo, ya que planteaba gobernar solo o con C’s, una hoja de ruta que no es alternativa de gobierno. Los españoles tienen ahora la palabra.

–¿El personalismo de Pablo Iglesias puede repercutir negativamente en Podemos en unas nuevas elecciones?

–Creo que no. Podemos es un partido que se ha hecho presente en la vida política española y tiene una importante coralidad entre su clase dirigente y eso nos hace un partido plural, rico y la mejor opción para ganar las elecciones.

–Un partido plural pero que ha abandonado la transversalidad con la que nació para convertirse en un partido de izquierdas. ¿Estratégicamente es una decisión acertada?

–Eso es una valoración discutible. Podemos sigue siendo un partido transversal. El eje arriba-abajo permite una riqueza de matices muy superior al tradicional de izquierda-derecha.

–Pero ese discurso no se corresponde con los hechos. El acuerdo con IU puede sumar numéricamente pero también sitúa a Podemos como una gran coalición de izquierdas.

–Depende de cómo lo cuentes. Desde mi punto de vista, el acuerdo con IU es algo así y perdonadme que use esta expresión, es una especie de matrimonio de conveniencia para optimizar los resultados electorales. Y así hay que contárselo a los ciudadanos. Hay que decirles que Podemos e IU no son lo mismo pero tenemos que unir fuerzas para mejorar el número de escaños en las elecciones. Y podemos hacer campañas separadas y después de las elecciones cada uno tener su espacio.

–Por tanto, Podemos quiere los votos de IU pero no quiere su imagen de marca

–Podemos quiere los votos de IU e IU quiere los de Podemos. Y las confluencias también quieren el cambio político de este país. Es un acuerdo en clave pragmática. El objetivo es desbancar al PP.

–¿Las dimisiones que ha habido en Podemos pueden tener un coste electoral?

–No creo que afecten demasiado al voto. A la gente no le interesan las cuestiones internas de los partidos. En Euskadi dimitió el secretario general antes de las generales y fuimos primera fuerza pese al caos interno.

–Caos interno que sigue habiendo en otros puntos pese a que usted ya no es secretario de Organización. ¿Por qué?

–Afortunadamente yo no tengo nada que ver. Espero que Pablo Echenique gestione lo mejor posible esas situaciones y tiene todo mi apoyo.

–Han pasado ya unas semanas de su cese. ¿Ha hablado ya con Pablo Iglesias?

–No hemos vuelto a hablar. Nos hemos saludado cuando nos hemos visto en los pasillos.

–¿Sergio Pascual ha caído en desgracia en Podemos?

–No soy secretario de Organización ya. Y me dedico a la presidencia de la comisión de Fomento, recorriendo todo el territorio nacional, denunciando las tropelías que han cometido unos y otros y muy volcado en Andalucía para llevar al Congreso las necesidades de nuestra tierra.

–Después del trabajo tan intenso que ha desarrollado, ¿el partido podía haber tenido otro tacto con usted?

–Sobre las formas cada cual es como es. En aquél momento decidí olvidar las repercusiones que podría tener y creo que lo mejor para Podemos era ponerme a remar desde otro puesto dentro del barco. Y en eso estoy.

–¿Tiene interlocución con Pablo Echenique?

–Sí, nos hemos sentado y hemos hablado un par de veces. Hay asuntos a los que él quiere darles continuidad

–¿En qué puede mejorar Echenique su labor?

–La figura del secretario de Organización se desgasta de forma natural. Es como los muelles de un colchón. Solo la renovación puede ser positiva y Pablo Echenique es una persona con una inteligencia más que demostrada y una persona capaz de generar consenso.

–Pero usted tiene igualmente una experiencia y valía.

–Por supuesto. Ahí está mi gestión. De no existir a celebrar más de 700 consejos municipales, elecciones autonómicas, generales, más de mil círculos, una estructura administrativa... La historia contará cuáles fueron los aciertos y desaciertos de Podemos.

–La aspereza del comunicado, la falta de comunicación con Iglesias y que permanezca en el proyecto, ¿es más bien resignación o disciplina?

–He sentido mucho calor porque yo no he montado la organización solo. Y eso es lo que me vale. Este proyecto es muy grande y todos servimos. No es una cosa ni la otra. Sigo creyendo que este es el mejor proyecto para España.

–Parece que en Andalucía Pablo Echenique va a conseguir llevarse bien con Teresa Rodríguez, algo que usted no logró...

–Ahí hay una paradoja: se dice que yo me llevo mal con Teresa Rodríguez y aunque yo he mantenido discusiones políticas agrestes con ella, en lo personal nunca he tenido problema alguno. La conozco desde hace muchos años, antes del nacimiento de Podemos y me llevo bastante bien con ella. Sí es verdad que Podemos no ha obtenido en Andalucía los resultados electorales que pretendía y eso quizá ha generado tensiones.

Esa no es labor de secretario de Organización. En cualquier caso, Podemos tiene en Andalucía una situación más difícil que en el resto del país. Aquí hay un Gobierno socialista que lleva todos los años en la Junta y los mensajes nacionales de Podemos «contra» el PP se perciben de distinta forma. En Asturias pasa un poco lo mismo. Aún así, teniendo en cuenta la hegemonía socialista en la región, los resultados han sido espectaculares.

–¿Quiere Podemos una marea andaluza?

–A mí me hubiera gustado una confluencia similar a la de Galicia o Cataluña. No es un problema de voluntad de Teresa Rodríguez o mía, sino que aquí no hay mimbres para ello porque no existe un tejido que lleve trabajando en esa línea. Ojalá en el futuro existan.

–¿Sería realmente posible?

–En este momento no existen actores para ello.

–¿Qué le parece que Felipe González les defina como un «leninismo 3.0»?

–Se debería preocupar por sus amigos que tienen dinero en Panamá o las dificultades del PSOE para llegar a acuerdos con nosotros, IU o Compromís.

–Podemos se muestra muy crítico con la gestión del PP y habla de empobrecimiento, desigualdad, corrupción... Desde esa óptica crítica, en Andalucía, las consecuencias de la gestión del PSOE son las mismas. ¿Por qué no hay la misma contundencia?

–Una cosa es eso y otra que el programa electoral del PP y el del PSOE sean iguales. Cuando gobiernan es verdad que se parecen demasiado, pero sus militantes y dirigentes son distintos. Con el PSOE nos podemos encontrar en su programa e imponerle garantías en un Gobierno; con el PP no es posible, somos agua y aceite.

–Hay investigaciones en torno a las campañas de «crowfunding» de Podemos porque puede haber donaciones excesivas de personas en situación de desempleo. ¿Teme que haya problemas?

–En absoluto. El que tenga la más mínima prueba que se vaya a un juzgado y lo denuncie. Somos los principales interesados en que haya transparencia.

–¿Cómo son los mecanismos de control interno de Podemos en las campañas de donaciones?

–Todo lo revisa el Tribunal de Cuentas.

–¿Pero internamente hay manera de controlar de dónde viene el dinero de los donantes?

–Podemos abre un espacio y hay una claridad absoluta de quién ha donado y cuánto. Luego se traslada al Tribunal de Cuentas. Si tú me donas dinero yo no te voy a preguntar a ti de dónde lo has sacado, lógicamente. Y si has cometido algún fraude habrá que irse a un juzgado contra ti. Nuestras cuentas son transparentes: yo puedo decir de dónde viene hasta el último euro de Podemos, quién lo ha donado y cuándo lo donado. Y esa información la tiene el Tribunal de Cuentas. El que quiera buscar algo más allá, que se vaya a un tribunal.

–¿Descartamos financiación de Irán y Venezuela?

–Insisto, toda nuestra información está publicada. Nuestras paredes son de cristal y tenemos una lupa bastante grande encima. Hemos tenido cuatro intentos en los tribunales y se han archivado.

–Se le vincula siempre con Errejón. ¿Su lealtad es más con Íñigo Errejón que con Podemos?

–Es con Podemos, por supuesto.

–¿Está en lo cierto Pablo Iglesias cuando define a Errejón y a otros como la parte más moderada de Podemos?

–No lo creo. Errejón sí ha insistido mucho en la transversalidad y en eso algunos nos sentimos muy identificados. Pero luego hay otros temas en los que yo mismo he estado de acuerdo con Iglesias y no con Errejón.

–¿No es meterse en un terreno complicado definir a Otegi como un preso político?

–Podemos ha nacido después del fin de la violencia en Euskadi y estamos liberados de esos traumas. Nuestra lectura se parece mucho a la de Arantxa Quiroga, una dirigente del PP.

–No son iguales. La terminología no es baladí.

–Yo estoy satisfecho que Otegi pueda presentarse a unas elecciones.

–No se puede presentar, está inhabilitado.

–Está en discusión. Eso lo tendrá que decir un tribunal y desconozco los detalles. Sería sano que cualquiera que quiera defender sus ideas en Euskadi lo pueda hacer.