El banquero buena persona

En los turbulentos tiempos que vivimos, decir que alguien es una buena persona es algo sin importancia. Casi se toma a la persona así titulada como alguien medio bobo y sin muchas luces, cuando siempre fue el mayor elogio que se podía recibir. El día 29 de noviembre del pasado 2017 escribía un artículo dedicado a una buena persona: José Luis García Palacios. Justo hace un año el hotel Alfonso XIII de Sevilla abarrotaba todos sus salones en los que se ofrecía un almuerzo en homenaje a José Luis, el hombre bueno. Estaba sentado en la mesa con su hija Pilar que, emocionada, ante los merecidos elogios que desde la tribuna le dedicaban distintas personalidades, dijo: «es que mi padre es una buena persona». Le dije que estaba equivocada, que se puede llegar a lo más alto y ser un mal nacido, que el mérito está en que, cuando se ha conseguido todo, se pueda seguir siendo como cuando se empezó: una gran persona. Pues ese hombre honesto falleció hace dos días y tuvo una buena muerte, porque nos dejó haciendo el bien, entregando los premios de la Fundación Caja Rural al mejor expediente de grado de cada centro. Era su última creación, su última aportación para ayudar a algo también olvidado: premiar y dar oportunidades a los mejores. Porque de ellos saldrán buenos dirigentes en todos los campos. Los méritos de José Luis son inmensos y los vemos reflejadas en todas las informaciones. Yo quiero hablar del que yo conocí en su tiempo libre. He conocido a muchos poderosos que en su trabajo eran grandes, pero en la vida, en el día a día, con la familia y con los amigos eran un desastre. Pero José Luis amaba la vida, disfrutaba de cada momento. Ha tenido una aliada magnífica, Pilar. Su esposa es una feria, siempre alegre, siempre con ganas de atender a la familia, a los amigos. No recuerdo ningún momento que no haya sido feliz, en los muchos que he compartido con ellos. Dicen los boleros que el tiempo es un cruel enemigo. Contigo no ha sido así, todo lo contrario. Espero que a través de ti, tu esposa Pilar, tus hijas, tus hijos y tus nietos sigan teniendo en el tiempo a un fiel aliado y amigo para poder superar tu ausencia.