Los puntos sobre las íes

42 asesinatos después, ETA ya manda en Navarra

Los demócratas de este país no sólo somos unos cornudos sino que ETA y su lacayuelo Pedro Sánchez nos apalean

Hace seis años me llegan a decir que llegaría el día en el que ETA mandaría en Navarra y hubiera remitido a mi interlocutor al frenopático más cercano. Y lo hubiera hecho sustentado tanto en obvias razones históricas como en elementales cuestiones morales. Conviene no olvidar que fue el último Reino que se incorporó a la Corona de Castilla, en 1512 concretamente. Euskadi jamás existió, Euskalherria, tampoco, el Reino de Navarra, sí. Lo demás son repugnantes prostituciones de la historia. Y tampoco está de más añadir, por ejemplo, que el vascuence, que hace las veces de justificante y amalgama de la causa independentista, es una lengua residual en la tierra que me vio nacer: apenas el 5% lo habla. El aspecto moral es tanto más importante. Resulta imprescindible recordar que los socios terroristas de Pedro Sánchez han asesinado a 42 personas en la Comunidad Foral y que el último número 1 de la banda fue David Pla, un malnacido pamplonés al que espero Satanás acoja más pronto que tarde en su gloria. Y, por si fuera poco, no está de más subrayar que el fundador de la Guardia Civil, Francisco Javier Girón de Ezpeleta, duque de Ahumada, era navarro. Por todo esto y cien mil motivos más me provoca vómitos físicos y éticos la publicación en el Boletín Oficial del Estado de la desaparición de la Guardia Civil de Tráfico en Navarra, lo que en resumidas cuentas viene a significar el principio del fin del instituto armado en la región. La Policía Foral asumirá sus competencias por exigencia de esa Bildu que está dirigida por el número 1 histórico de ETA, Arnaldo Otegi, y por el capo di tutti capi de los pistoleros cuando dejaron de poner coches bomba, el propio David Pla. Que Pedro Sánchez es Satanás vestido de ser humano ya lo sabíamos. Lo que jamás calibré es su nivel de maldad. Dar este paso por mandato de sus jefes etarras retrata perfectamente la psique del marido de Begoña Gómez. Lo que nunca imaginamos es que nos iba a restregar por la cara esta ignominia publicándola la jornada menos adecuada para ello de las 365 que componen el año. Recibió carta de naturaleza en el BOE el pasado 6 de diciembre, ¡Día de la Constitución! Los demócratas de este país no sólo somos unos cornudos sino que ETA y su lacayuelo Pedro Sánchez nos apalean. Cierto es que, de momento, sólo desaparecen los 173 integrantes de la Agrupación de Tráfico de Navarra pero no lo es menos que constituye el primer paso para expulsar totalmente a la Benemérita. Quedan 1.500 agentes pero que a nadie le quepa ninguna duda de que, como esta gentuza siga en el poder a nivel nacional y local, el Cuerpo será historia en la región de su fundador en una década como mucho. Tiempo al tiempo. Entre otras cosas porque Bildu, es decir, ETA, está cada vez más fuerte en Navarra y el PSOE cada vez más débil. Y, en consecuencia, el impuesto revolucionario a pagar por el presidente del Gobierno que no elegimos los españoles irá in crescendo. Lo bueno para la Guardia Civil, para Navarra, para la democracia y para la Constitución es que le queda poco. No sé si llegará a Semana Santa pero tengo meridianamente claro que no pasará las vacaciones de verano en la Residencia Real de La Mareta. Cruzo los dedos para que Feijóo no se haga un Rajoy, que dejó incólumes muchas de las maldades perpetradas por Zapatero. Espero que no tarde mucho en prometer que anulará esta decisión que constituye otra victoria por todo lo alto de ETA.