Al portador

La conferencia de presidentes y la inutilidad de lo inútil

Sánchez medio prometió un apaño –condonación– para la deuda autonómica. Solo es un enjuague porque todo se pagará a costa de los impuestos todos los españoles

Víctor Hugo (1802-1885), en un momento de Los Miserables proclama «¡Oh, utilidad increíble de lo inútil!». La frase le sirvió al italiano Nuccio Ordine (1958-20253), especialista en Giordano Bruno (1548-1600), para escribir un pequeño libro muy sugerente, con el mismo título, de éxito casi instantáneo, algo más que crítico con el desarrollo económico y bastante refractario al beneficio. Lo inútil, no obstante, tiene una utilidad, aunque sería discutible si el saber se considera inútil. Ayer se celebró, después de bastante tiempo y sin que nadie, salvo algunos participantes, la echaran en falta, la Conferencia de Presidentes de las Comunidades Autónomas, con asistencia –sin él todavía tiene menos valor–del presidente del Gobierno y también, por protocolo, del Rey. Es una especie de apoteosis de lo inútil que, además, no ofrece ninguna utilidad. Todo se reduce a un coro, desafinado, de plañideras en el que todos piden más a cambio de nada. Pedir es gratis, como saben los líderes autonómicos, y en ocasiones incluso tiene el premio de recibir algo, como ayer, con o sin fundamento.

La Conferencia de Presidentes, entre otras cosas, debería servir para coordinar el galimatías, sobre todo económico, de las Comunidades, siempre ávidas de más recursos y a reclamar todo lo posible al Estado central. Es la gran trampa y la gran falacia. Los recursos que llegan a las Comunidades desde la Administración Central los sufragan todos los españoles, incluidos los de los territorios beneficiados. Sin embargo, no es sencillo de explicar y todavía menos de entender, sobre todo cuando no hay ninguna intención de aclararlo. Por ejemplo, Sánchez medio prometió un apaño –condonación– para la deuda autonómica. Solo es un enjuague porque todo se pagará a costa de los impuestos todos los españoles, mientras por la habitación se pasea el fantasma que nadie quiere ver de la financiación singular que reclama Cataluña, con el socialista Illa también de abanderado. Es muy poco socialista, incluso nada socialdemócrata, pero no importa. El Colegio de Economistas de Madrid –que será descalificado porque es madrileño– acaba de calcular que esa financiación singular supondría que la deuda pública española aumentaría hasta el 150% del PIB y provocaría el colapso del Estado y también, claro, de Cataluña. Al mismo tiempo, Fedea estima que ese modelo sería «inconstitucional». Mientras, hoy, Conferencia de Presidentes, porque lo inútil, a veces, no tiene ninguna utilidad, a pesar de lo que escribiera Víctor Hugo.