Corrupción política

El ex director de FIVA, «colocado» por un amigo común de Sauquillo

El ex director general de FIVA, José Luis Hidalgo, junto a su abogada, ayer, antes de prestar declaración
El ex director general de FIVA, José Luis Hidalgo, junto a su abogada, ayer, antes de prestar declaraciónlarazon

El departamento de análisis e inversiones de Invercaria tardó casi dos años en reclamar información financiera a Ferias Virtuales de Andalucía (FIVA), pese a que esta sociedad recibió 1,6 millones de euros de dinero público. Según la declaración del ex director general de FIVA, José Luis Hidalgo, no fue hasta el primer trimestre de 2008 cuando el responsable de ese departamento en el ente público de capital riesgo –Manuel Jesús Rodríguez, imputado en la causa y que declarará el 13 de junio– le solicitó el balance de la empresa, presupuestos y un avance de las obligaciones de la fallida sociedad, que estaba operando desde octubre de 2006.

Hidalgo, que prestó ayer declaración ante el juez titular del juzgado de Instrucción 16 de Sevilla, justificó esa falta de celo de la empresa pública en que lo «sabía todo» sobre FIVA, ya que era accionista de la empresa y se sentaba en los consejos de administración. Además, era un proyecto impulsado por el ex presidente de la sociedad pública Tomás Pérez-Sauquillo con el beneplácito de los responsables de la Consejería de Innovación, como ha quedado constatado a tenor de las declaraciones de otros imputados.

La gestión en FIVA –una de las más de 30 empresas que revisa la instrucción– fue un desastre. El ex director general admitió que llevaba en paro dos años antes de ocupar el cargo. No hubo proceso de selección. Conocía a un amigo de Tomás Pérez-Sauquillo y coincidió con el propio ex presidente en La Carolina (Jaén), el pueblo natal de éste y del ex consejero de Innovación Francisco Vallejo. Pactaron un suelo de 55.000 euros anuales.

Con Hidalgo se repitió el modelo del ex director financiero de Invercaria, Antonio Nieto, que también tenía amistad con el entorno de Pérez-Sauquillo –su hermano en este caso–. El ex director de FIVA sí pasó al menos de Bachillerato: es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y actualmente es profesor de secundaria en un instituto.

Ante el juez, reconoció que FIVA se nutría para sus gastos de las asistencias financieras de Invercaria. El procedimiento era el mismo: lo ponía verbalmente en conocimiento de Pérez-Sauquillo y el dinero llegaba. Aseguró que desconocía que eran «préstamos participativos» ya que su labor se limitaba a constatar las necesidades de financiación, justificarlas y ponerlas en conocimiento del consejo de administración. Para la formalización del préstamo –dinero que venía de fondos públicos–, aseguró que nunca elaboró documentación ni informe alguno.

A fecha de 31 de diciembre de 2008, FIVA tenía unas necesidades de tesorería de 924.472 euros. Hidalgo dejó el cargo de director general un mes antes. El proyecto no arrancaba. La primera piedra virtual se puso en octubre de 2007 –sólo la presentación costó 200.000 euros–. Aún así, su indemnización incluyó un bonus de 10.000 euros ya que «al menos en parte los objetivos se habían cumplido».