El desafío independentista

El PSOE exige a Sánchez Gordillo la retirada «inmediata» de la estelada

Reclama además datos sobre los gastos del viaje del alcalde de Marinaleda a Cataluña

La Razón
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Reclama además datos sobre los gastos del viaje del alcalde de Marinaleda a Cataluña

La retirada «inmediata» de la estelada vermella, utilizada por los independentistas catalanes más izquierdistas, que flamea desde el pasado viernes en la fachada del municipio sevillano de Marinaleda. Esto es lo que ha exigido el PSOE, vía escrito registrado ayer en el consistorio y dirigido al alcalde de la localidad Juan Manuel Sánchez Gordillo. En el texto, consultado por LA RAZÓN, el portavoz municipal de los socialistas, Mariano Pradas, demanda también al histórico regidor que «cumpla con lo que establece la ley» y que coloque «en los mástiles de la fachada del ayuntamiento las banderas que deben ondear en los distintos espacios públicos».

Confirmadas las posiciones, Pradas advierte a Sánchez Gordillo de que se reserva su derecho de recurrir a la Justicia en el caso de que no atienda a su petición respecto de una bandera que «no tiene reconocimiento legal válido como símbolo oficial». Y más allá de la insignia, el socialista confía en que «no haya recaído sobre los vecinos» de Marinaleda el importe de «los gastos» ocasionados por el «desplazamiento» del alcalde a Cataluña, donde participó en varios actos organizados por la CUP en favor del referéndum de autodeterminación que ese partido defiende y que el Tribunal Constitucional (TC) considera ilegal. En relación a ese viaje, el portavoz del PSOE le pide información sobre el coste que ha supuesto la reaparición de Sánchez Gordillo en la escena nacional y «quién ha corrido» con el mismo. «En la vorágine del movimiento independentista catalán que estamos viviendo en los últimos tiempos –anota en el escrito–, nos llama la atención el papel tan activo que está teniendo en los distintos actos organizados en pos de la independencia». En ese punto, Pradas acusa al regidor de estar violando «el mandato y la confianza que hace más de dos años» depositaron en él los ciudadanos –ganó las elecciones municipales como ha hecho desde 1976– al desatender «las obligaciones del cargo» que ostenta.