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Córdoba

El reto de mantener la esencia de los patios de Córdoba

La fiesta, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, debe afrontar su renovación para evitar convertirse en un producto turístico más

Varias personas visitan un patio de la calle Tinte de Córdoba, con sus coloristas macetas con flores / Foto: Efe
Varias personas visitan un patio de la calle Tinte de Córdoba, con sus coloristas macetas con flores / Foto: Efelarazon

La fiesta, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, debe afrontar su renovación para evitar convertirse en un producto turístico más

La fiesta de los patios de Córdoba afronta su sexta edición como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad con un reto pendiente, el de realizar una profunda reflexión para que logre mantener su esencia y evitar convertirse en un producto turístico más. «Si queremos conservar la autenticidad, hay que apostar por esas personas para ayudar a rehabilitar sus viviendas y sus patios», apunta en una charla con Efe el arquitecto Francisco Riobóo Camacho, un auténtico enamorado de estos recintos que guardan belleza, tradición y cultura cordobesa y uno de los mayores expertos en materia de patios.

Aunque no quiere ser alarmista, realiza una seria advertencia sobre la amenaza que se cierne sobre este Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, ya que la situación actual es de «verdadera crisis». «Son cada vez más escasas las tradicionales casas de vecinos que existen y los problemas que acosan a su destrucción son los mismos que antes».

En el siglo XIX sirvieron de receptores baratos para las personas que llegaban desde el campo y que se agrupaban en familias dentro una misma vivienda en la que se repartían por habitaciones con un espacio común para todas como era el patio. Pero «estas casas han ido desapareciendo a montones, especialmente en las últimas décadas», ha apuntado.

Los motivos pasan por una escasa rentabilidad de los alquileres, el envejecimiento de la población de origen, los intereses especulativos de la propiedad o la falta de una valoración social de este tipo de patrimonio, aunque, al menos, esta última, se está revirtiendo por el atractivo turístico que suponen, especialmente desde su declaración por la Unesco. «Quedan monumentos, casi reliquias de lo que fueron esos recintos, que están evolucionando siempre y cada vez son más diferentes, pero si queremos mantener esta tradición, hay que preocuparse más, realizar más esfuerzos y conceder más ayudas».

Pero en diez años la situación «apenas» ha cambiado. Quizá sea el Centro de Interpretación de Los Patios, en Trueque, 4, el «único sitio de Córdoba donde se intenta dar a conocer un poco el sentido de los patios y los valores que representan». Sin embargo, necesita desarrollarse por completo debido al significativo interés que a nivel internacional han despertado, si bien por el momento «no hay receptividad de la Administración hacia estas necesidades y sólo se han dado unos primeros pasos».

Eso no quiere decir que los patios que ahora se presentan al concurso no sean auténticos y que sus propietarios no se esfuercen por mantener esas tradiciones, aunque ya casi de una forma forzada, porque en la mayoría de los casos son unifamiliares o ni siquiera sirven de vivienda habitual, aunque sí de negocios de corte artesanal.

«Se pueden hacer las cosas mejor en beneficio de la autenticidad de esta fiesta y los propietarios realizan un importante esfuerzo personal a lo largo de todo el año para que así sea», reconoce el arquitecto, aunque «no se ha elaborado un inventario riguroso de patios para conocer sus necesidades y de qué forma mantenerlas vivas y sin que se derrumben».