Hacienda

Hacienda y las portadas

La Razón
La RazónLa Razón

Arcadi Espada, que ha defendido a Paco Camps con un libro imprescindible por su valentía y por su don de la (in) oportunidad, es un periodista muy puntilloso con los hechos, la única materia prima con la que es posible fabricar noticias. Es un hecho que a Eduardo Zaplana, su antecesor –el de Camps, no el de Espada–, lo han detenido por un feo asunto de comisiones millonarias y también es un hecho que esa operación acaparó las portadas el mismo día en el que al secretario de Estado de Hacienda, el ex alcalde de Jaén José Enrique Fernández de Moya, lo citó un juzgado para declarar como imputado (ahora se emplea un misericordioso eufemismo) por malversación y prevaricación. Hombre, hombre –escribiría el antedicho–, qué casualidad. Encontrar en espacio preferente una noticia sobre el número dos de Cristóbal Montoro es hoy una tarea de zahorí, tal vez porque cundió la amenaza vertida por su jefe y paisano durante cierta entrevista a TVE: «Muchas veces los creadores de opinión tienen problemas con la Hacienda Pública», dijo en la línea de las «inspecciones de infarto» anunciadas en su día por Borrell y cristalizadas en el calvario de Lola Flores (el ensañamiento televisado con Isabel Pantoja renovó la fórmula). El terror fiscal es el arma predilecta de ciertos gobernantes para el sometimiento de los díscolos, afirmación que no es un hecho sino una opinión, al contrario que la siguiente pregunta retórica, cuya respuesta encontrarán preñada de carga factual. ¿Es, visto lo visto, casualidad que medio PP jiennense se esté pasando con armas y bagajes al adversario? No, simplemente se plasma con este cruce de trinchera el hartazgo de unos cuadros asfixiados por la disciplina de moral hemipléjica que impone la dirección. Detrás de ellos, o quizás delante, marcha un batallón de votantes.