Autonomías

Hay que pensar de nuevo la RTVA

La Razón
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La dimisión de Pablo Carrasco como director general de la Radio Televisión de Andalucía constituye una oportunidad para que los partidos políticos alcancen un acuerdo y pacten el futuro de la cadena pública, que pasa, necesariamente por redimensionar su tamaño. La empresa debe ceñirse exclusivamente a prestar la labor de servicio público que recoge el artículo 210 del Estatuto de Autonomía. Es necesario evaluar cuántos recursos públicos son necesarios y eliminar una estructura sobredimensionada. Es lo que se está haciendo ya en varias comunidades autónomas. La propuesta de situar a un gestor al frente de la sociedad que ha avanzado el PP es sensata. El conflicto con la plantilla de trabajadores debe cerrarse antes de septiembre y constituye un argumento más para que el profesional que se sitúe al frente de la RTVA goce del respaldo masivo de las fuerzas políticas parlamentarias, ya que pese a que el dimisionario Carrasco trató de tender puentes y abrir la línea informativa no culminó su proyecto. Esa unanimidad otorgaría al nuevo equipo directivo suficiente margen para garantizar la viabilidad de la empresa. La otra alternativa pasa por un pacto entre PSOE e IU que modifique la actual ley y ponga la radio y la televisión pública al servicio del bipartito. Dejaría fuera de juego al PP, que con el marco actual es imprescindible para llegar a un acuerdo. No es una opción descabellada. La Junta de Andalucía justificaría la decisión en el bloqueo que ejercen los populares y pondría como ejemplo el caso de la FAMP. Se perdería una oportunidad histórica, pero se garantizarían un elemento fundamental de propaganda.