Cuba
Juan José Primo Jurado: «En la Historia siempre habrá enemigos de la libertad»
El periodista y escritor desgrana los secretos de la Guerra Fría en un nuevo encuentro organizado por LA RAZÓN con la colaboración de la Fundación Cajasol
El periodista y escritor desgrana los secretos de la Guerra Fría en un nuevo encuentro organizado por LA RAZÓN con la colaboración de la Fundación Cajasol
David Hassellhof canta “Looking fot freedom” encima del Muro de Berlín en la Nochevieja de 1990. El icono pop certifica con sus movimientos de cadera que la Guerra Fría ha terminado, aunque aún queden muchos flecos por cortar a un lado y a otro de Europa. Nada será como antes mientras se extingue un periodo en el que Estados Unidos y la URSS lucharon por controlar el mundo con la amenaza atómica, el ajedrez o la carrera espacial sobre la mesa. La gente temblaba si desde Moscú amenazaban con apretar el botón rojo mientras en las zonas de la órbita soviética se prohibía la Coca Cola y la música de The Beatles. Hoy, en el triunfal capitalismo aquel periodo despierta la nostalgia de muchos que sueñan con conducir un Trabant sin cuestionarse las víctimas que dejó el sistema soviético. En “Eso no estaba en mi libro de la Guerra Fría” (Almuzara), Juan José Primo Jurado muestra la cara menos conocida de lo que se llamó la política de bloques.
De lo que nos han contado, ¿cuánto era verdad y cuánto mentira?
Dicen que la primera víctima de una guerra siempre es la verdad. Aunque la Guerra Fría no fue un enfrentamiento armado qué duda hay de que se enfrentaron. La guerra de propaganda fue fortísima por parte de las dos superpotencias, aunque el éxito de la manipulación estuvo más en el lado soviético que en el occidental. En libertad es menos difícil opinar que en un régimen dictatorial como el comunista. El pacifismo iba contra el bloque occidental, pero nadie criticaba los misiles que tenía desplegado el bloque soviético en Europa oriental.
Desde que Lenin dijo que la mentira era un arma revolucionaria hasta el Movimiento de los Países No Alineados, que no se podía estar más alineados, mostraba la izquierda su clara preferencia por el Bloque Oriental.
No olvidemos que Felipe González antes de ganar las elecciones de 1982 declaró que su posición iba a ser neutral. Ni Pacto de Varsovia ni OTAN. Luego recapacitó y la realidad del poder le hizo que acertase.
¡Además, se trata de un conflicto con una potente carga Pop!
Dura muchos años, cuatro décadas, pero a partir de los años sesenta surge una estética y una cultura en la que la población, básicamente en la occidental, intentaba evadirse de ese riesgo de guerra nuclear. Unas formas de las que hoy somos herederos, de esa música, de esa estética y de la revolución sexual
Dicen que el conflicto total fue la II Guerra Mundial, pero quizás se le podría aplicar a éste porque se extiende a todos los ámbitos desde la tecnología hasta el fútbol. Todos los espacios de la vida estaban impregnados de propaganda.
Guerra total incluso con un término que ahora se utiliza mucho y que se llama estrategia híbrida. La batalla se plantea no sólo en el escenario bélico, sino en la propaganda, en los medios de comunicación, en el deporte, en la carrera espacial. Nunca hubo enfrentamientos directos a excepción de la Guerra de Corea, donde los pilotos rusos lucharon contra los norteamericanos.
Bueno, Estados Unidos nunca tuvo soldados
en Vietnam, sólo eran asesores...
Claro, pero pasaron por allí casi 500.000 soldados pese a que no hubo una declaración de guerra como tal.
En Ping Pong sí.
Porque se vendió como antesala de la primera visita de un presidente norteamericano a China. Fue una casualidad por la amistad entre un jugador americano y otro chino. Además, eso permitió aumentar la brecha entre los chinos y los rusos.
¿Qué fue más revolucionario, la píldora o el Kalashnikov?
Bueno, cada uno tenía su cosa, pero más pacífica y beneficiosa la píldora, que ha dado mucha tranquilidad a bastantes parejas y mujeres. El Kalashnikov ha sido un arma de muerte pero para muchos pueblos se convirtió en un mecanismo de liberación. El autor en los últimos momentos de su vida pidió perdón por la cantidad de muertos que causó su invento, del que logró vender más de 40 millones en todo el mundo.
Bueno,y en todo esto. ¿los españoles con quién íbamos?
En general, los españoles son profundamente antiamericanos. La derecha no perdona el Desastre del 98, luego está en el factor envidia, porque los españoles son sobre todo envidiosos. Se tiene envidia del poderoso y la izquierda bendice a todo aquel que se enfrenta con Estados Unidos. En realidad, creo que no sentían simpatías por ninguno en general, aunque muchos españoles tenía simpatía por los rusos más que por los americanos.
Es curioso que este hecho se está repitiendo, sobre todo en el hecho de ensalzar a Putin. Unos por ultraconservador y otros por oposición a la superpotencia norteamericana.
Totalmente de acuerdo, pero hay un profundo olvido de lo que hizo EE.UU por Europa. Sin ellos, Hitler hubiera ganado la guerra, los muertos de Normandía están ahí por Europa. En la segunda mitad de los años 80 los soviéticos despliegan sus misiles SS-20, si no hubiera habido una respuesta americana con sus misiles, los rusos dominarían la parte occidental del continente. Hubo tremendas manifestaciones en toda Europa contra el despliegue americano pero no en contra del ruso.
También es significativo el cambio en la filiación que ha habido en el papado, de Juan Pablo II a Francisco.
La Iglesia, que es sabia, pone en cada momento el Papa que necesita el mundo. Entonces necesitábamos a Juan Pablo II, que venía de las trincheras de un régimen dictatorial comunista, y que supo poner por encima de todo la libertad individual. Sin él no se entiende el final de la Guerra Fría, por eso lo quisieron matar, y estuvieron a punto.
¿Cree que hay mucha gente que vive como los protagonistas de “Goodbye Lenin”?
Hay una palabra para eso que se llama nostalgia. Es una película simpática que tiene una cierta ternura porque no condena del todo al régimen socialista de la RDA. Hay crítica al capitalismo y no hay más ciego que el que no quiere ver. No se puede apoyar a un régimen que no permite las libertades y tiene al pueblo muerto de hambre.
Y en eso llegó Fidel. ¿Es verdad que a Castro lo hacen comunista los americanos?
Cuando acaba la II Guerra Mundial, los EEUU se dan cuenta de que la gran amenaza no son los nazis sino los comunistas que quieren tirar para adelante. Ellos blindan América para que no haya contagio, pero en 1959 el virus entra en Cuba. Era un movimiento inicialmente nacionalista y luego crea una dictadura comunista, la URSS ve una oportunidad tener una base de operaciones a menos de 200 kilómetros de Miami. Por su parte, los EEUU tenían a Turquía también muy cerca de Rusia.
¿Estuvimos de verdad a punto de sucumbir en la hecatombe nuclear?
Sí, en tres momentos. Uno cuando los rusos bloquean Berlín y a los aliados sólo les queda el puente aéreo. El otro cuando la famosa Crisis de los Misiles en Cuba y la tercera es menos conocida. Sucede a mediados de los años ochenta durante unas maniobras de tropas de la OTAN que simulan un ataque nuclear por parte del Pacto de Varsovia. En el lado comunista se creen que se trata de una acción de verdad y estuvieron a punto de atacar también de verdad.
¿Ahora estamos en la “Guerra Tibia”?
EE.UU, Rusia y China, ésta en un plano económico, siguen luchando, estamos en una situación habitual porque siempre ha habido dos superpotencias. No me parece mal siempre que no haya una opresión o una expansión a costa de otros estados. Hay
una pugna más económica
que ideológica, porque el comunismo ha demostrado
que no le puede dar la felicidad a los pueblos. Corea del Norte abrirá sus fronteras en algún momento.
Aunque Fukuyama dijera aquello del “fin de la
historia”.
Parecía que sí porque desapareció el comunismo, incluso Rusia colabora con EE.UU. mandando tropas a la Primera Guerra del Golfo. Era un momento que apuntaba a que la democracia por fin había llegado, aunque en la historia siempre habrá enemigos de la libertad, ya sea el islamismo radical u otras formas de comunismo que atente contra la libertad.
¿No le sorprende que Turquía y Rusia comiencen a entenderse?
Siempre han compartido conflictos bélicos entre ellos. Turquía ahora sigue en la OTAN pero no es la Unión Europea, (silencio) es un país que me preocupa mucho. Coquetea con el islamismo y no creo que Rusia vea con buenos ojos una expansión de esta índole por sus repúblicas.
Realmente, la caída de la URSS fue en 1991 pero Chernóbil se demostró que aquello no iba a ningún sitio.
Sí, y aprovecho para incidir contra el movimiento ecologista, que nunca criticó contra quienes realmente estaban haciendo daño a la naturaleza. Apenas hubo protestas, pero el accidente derriba el régimen porque se dejó claro aquel caos. Gorbachov apostó por la libertad de información y los soviéticos vieron que todo estaba ya obsoleto.
Nostalgia nuclear entre cosmonautas, consignas patrióticas y tablas de surf
Como al final nunca explotó la bomba, hoy la Guerra Fría se mira desde el retrovisor con la indulgencia que permite dejar atrás el dolor pasado. Entre 1945 y 1991, la cultura popular permitió aplicar al conflicto una pátina colorista y fascinante que no tuvo la II Guerra Mundial. El mundo era más amable, para algunos desde luego, entre los años cincuenta y los noventa y aún quedan nombres propios e imágenes para la nostalgia y la vergüenza: la perrita Laika, el miedo al Vietcom, los desfiles por la Plaza Roja de Moscú, las protestas del Mayo Francés, Dylan y Baez, la gran marcha por los derechos civiles, los B-52 sobrevolando Rota, las filas para comprar alimentos o los tanques y hombres en Tiananmen.
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