Religion
La Iglesia pide a los rocieros más compromiso fuera de la aldea
El sol trata de buscar acomodo entre las nubes para hacerse notar en la aldea del Rocío, donde las horas pasaron ayer con la mente puesta en la ermita. Los rocieros enfilaban los últimos momentos antes de ver el rostro de la Blanca Paloma en la oscuridad de la madrugada asomando por la portada y lo hacían con la tradicional Misa de Romeros. En ella, todas las hermandades filiales, con la matriz al frente, protagonizaron la ceremonia, que fue presidida por el obispo de Huelva, José Vilaplana, quien en su homilía instó a los devotos de la virgen a llevar su fe más allá de los días de la romería y a no sentirse cohibidos al manifestar su devoción.
Vilaplana animó de esta manera a «encabezar el cambio que necesita nuestra sociedad» al tiempo que llamó a los peregrinos a seguir el «mensaje de Jesús», a la par que en sus palabras quiso tener un recuerdo para el papa Benedicto XVI, que le concedió al Rocío su año jubilar. El mensaje del prelado se centró en la necesidad de dar una respuesta desde la fe a los problemas que atenazan a España en la actualidad. Por ello, puso de relieve que «sería una pena que esta cultura cristiana se debilitara por inhibición o cobardía, porque nuestra sociedad necesita una radical renovación, y hacen falta personas nuevas para una nueva sociedad, hombres renovados por el amor de Dios». Además, dijo que los cristianos son «personas capaces de llevar paz donde hay conflictos, de construir relaciones fraternas donde hay odio».
La misa estuvo cantada por el coro de Triana, un detalle que quiso tener la de Almonte con la más antigua de las corporaciones sevillanas, ya que este año se cumplen 200 años de la fundación de la hermandad. En las voces de los trianeros se pudieron escuchar las sevillanas compuestas por el canónigo Muñoz y Pabón para la coronación canónica de la virgen en 1919. No es baladí este gesto de reconocimiento, ya que con la fundación de la hermanad de Triana, el Rocío vive una explosión que supera la circunscripción inicial a la comarca del Condado de Niebla, siempre con Sanlúcar de Barrameda como vigía desde el otro lado del coto. Es Triana la primera que realiza la peregrinación con la ya tradicional carreta, que fue donada por los Duques de Montpensier, quienes con su empuje lograron extender la devoción fuera de los límites comarcales. Con los pecualiares sones trianeros, los peregrinos volvieron a las casas de hermandad para esperar la salida de la virgen. Un nuevo encuentro con los devotos que cruzan los caminos de Andalucía para ver durante unas horas a la Blanca Paloma en esta procesión tan peculiar y fuera de toda razón que comienza cuando los almonteños saltan la reja y acaba al mediodía, mientras tañen las campanas en la ermita.
Por otro lado, la jornada se vivió sin sobresaltos de gravedad a excepción de que dos chicas sevillanas sufrieron heridas de consideración al prenderse el traje de una mientras bailaban cerca de un fuego, momento en el que la otra trató de apagarlo con las manos sin éxito. Tras ser atendiadas inicialmente en la misma aldea, ambas fueron trasladadas con posterioridad a la unidad de quemados del hospital universitario Virgen del Rocío, donde permanecen.
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