Almería
La Legión no da «ni un paso atrás» en la Semana Santa
La cercanía de las elecciones ni las medidas restrictivas del Gobierno de Sánchez eclipsan el arraigo de la unidad militar en la celebración
La cercanía de las elecciones ni las medidas restrictivas del Gobierno de Sánchez eclipsan el arraigo de la unidad militar en la celebración
La polémica suele aflorar cuando se mezclan la política y la Semana Santa. Y mucho más en una campaña electoral como ésta marcada a fuego por la presencia de nazarenos, pasos y tronos a escasos días de que se abran las urnas. Si a este cóctel le añadimos los desfiles militares, una tradición muy arraigada en muchas zonas de España durante la celebración pasionista, surgen opiniones de todo tipo. El Gobierno de Pedro Sánchez parece que ha asumido como algo normal la participación de la Legión en las cofradías, aunque este año ha tomado una decisión que está provocando suspicacias. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha ordenado que la bandera nacional no ondee a media asta en la sede de su departamento ni en sus delegaciones territoriales desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección. Una medida que no ha sido entendida, incluso en el ámbito militar, puesto que anularía un rito habitual en estas fechas. Además, dada la cercanía de los comicios, el hermano mayor de la congregación de Mena de Málaga –que custodia al crucificado al que rinde honores la Legión–ha pedido a los políticos que no acudan a los actos previstos el Jueves Santo, como el desembarco de la unidad y la procesión.
Andalucía se ha convertido en dique de contención, una región que hace de contrapeso y donde las medidas que intentan restringir la presencia marcial no cuentan con mucho apoyo. Todo lo contrario. Si nos centramos en la participación de la Legión en la Semana Santa, a las habituales procesiones del Cristo de Mena y del Paso Negro en Huércal-Overa (Almería) se sumó el pasado sábado Huelva. Concretamente, el segundo tercio Duque de Alba, con sede en Ceuta, acompañó al Cristo de la Vera Cruz por las calles de la capital onubense. Un centenar de legionarios, con escuadra de gastadores y banda de guerra y honores, sacaron al crucificado desde la parroquia de la Concepción y lo escoltaron durante el recorrido. Este hito trasciende cualquier planteamiento ideológico. Tanto que el alcalde socialista de Huelva, Gabriel Cruz, se mostró orgulloso «por una procesión que llega para completar nuestra Semana Santa, que sirve de impulso y fortalecimiento a esta seña de identidad cultural y religiosa y que permite darnos a conocer, mostrando las posibilidades y bondades de nuestra ciudad y la hospitalidad onubense».
La llegada de la Legión a Málaga el Jueves Santo supone el momento culminante de la Semana Santa, uno de los más esperados por propios y extraños. El desembarco de los soldados del tercio Alejandro Farnesio, el traslado a hombros del Cristo de Mena hasta la casa hermandad y la posterior procesión son momentos que se viven con especial emoción. Fuentes de esta unidad militar restan importancia a cualquier polémica en torno a su presencia y destacan que «allí donde la Legión ha desfilado no se ha registrado ningún incidente en contra». Para corroborar el apoyo de la ciudadanía a esta tradición, las mismas fuentes aportan los datos de audiencia de la retransmisión el año pasado de la participación de la unidad en la Semana Santa malagueña: 225.000 espectadores y un «share» del 5,7 por ciento en La 2 de TVE durante el desembarco y 876.000 espectadores y un «share» del 16,8 por ciento en La 1 en la entronización del crucificado.
El arraigo hunde sus raíces en los años 30 del pasado siglo. En 1928 la Legión nombra al Cristo de la Buena Muerte su protector y en 1930 desfila por primera vez escoltando a la talla. A partir de esa fecha La Legión, la congregación de Mena y Málaga «forman cada Jueves Santo una simbiosis que las generaciones de malagueños recuerdan con mucho cariño». Según apuntan desde el cuerpo, los días previos al desfile procesional se viven «con mucha intensidad». Además, las diferentes unidades realizan numerosas acciones de cooperación cada Semana Santa, el año pasado casi una treintena «por toda la geografía española».
En la localidad almeriense de Huércal-Overa es tal el fervor por los militares en Semana Santa que entre las hermandades hay «pique» para que participen en sus cortejos los mejores escuadrones y bandas de música. En el Paso Negro, por ejemplo, la Legión acompaña al Santo Entierro de Cristo de manera ininterrumpida desde el año 1992. El presidente de esta cofradía, Pepe Uribe, asegura que los legionarios «son siempre los más aclamados» en una localidad que se vuelca con los cuerpos militares que participan en las procesiones. De hecho, en el Paso Blanco se integra un escuadrón de Infantería de Marina, con su correspondiente banda de música, y en el Paso Morado los Regulares de Ceuta. Por ello, cuando el Gobierno de Zapatero planteó la eliminación de esta tradición los vecinos planearon llevar a cabo movilizaciones como medida de protesta. «Aquella idea no tuvo mucho éxito aquí», subraya, en referencia a las restricciones.
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