Huelva

Mesa de la Ría alerta del riesgo de «colapso» de las balsas de fosfoyesos de Huelva

Lamenta la «pasividad» de las administraciones ante la «inestabilidad geotécnica» de la estructura. Advierte de que la rotura afectaría al estuario del río Tinto, a Doñana y al puerto onubense

Vista de las balsas en las que se apilan los residuos de la actividad de Fertiberia durante décadas
Vista de las balsas en las que se apilan los residuos de la actividad de Fertiberia durante décadaslarazon

Lamenta la «pasividad» de las administraciones ante la «inestabilidad geotécnica» de la estructura

Advierte de que la rotura afectaría al estuario del río Tinto, a Doñana y al puerto onubense

En esta denuncia hay un poso de años, aunque por ahora hayan pasado seis meses desde que la organización Mesa de la Ría de Huelva presentara alegaciones en el trámite de Declaración de Impacto Ambiental al proyecto para cubrir vertidos de la empresa Fertiberia. En ellas se advertía de «un previsible riesgo de colapso» de las balsas en las que se acumulan los fosfoyesos, residuos de la actividad de la química, y de un peligro sísmico que resultaba «inasumible», sobre todo, al tratarse el afectado de «un terreno de marisma».

En el informe aportado por Mesa de la Ría se avisaba de una alarmante situación general, pero se apuntaba en especial a la denominada «Zona 2», donde se han apilado «enormes cantidades de residuos hasta alcanzar los 30 metros de altura, que gravitan sobre un subsuelo de marisma sin aislamiento alguno y que han superado ampliamente la capacidad portante del mismo», aseveran desde la entidad, para matizar que en algunas áreas se han llegado a alcanzar «las 90 toneladas por metro cuadrado, con lo que se están produciendo cesiones del terreno que originan una grave inestabilidad» de las balsas. A su meticuloso trabajo se sumó que los datos geofísicos obtenidos por un comité de expertos mediante «sísmica de reflexión» en el río Tinto, al borde de la balsa número dos, también confirmaron, según Mesa de la Ría, la «tremenda inestabilidad geotécnica» que podría desembocar en «el colapso de la estructura a corto plazo, ante la negligente pasividad de las administraciones implicadas», lamentan fuentes del colectivo. Y es que, a pesar del dibujo de situación esbozado, la organización onubense asegura que el ministerio con competencias en medio ambiente aún no ha respondido a sus alegaciones y que Fertiberia «continúa enrocada en su posición de alargar indebidamente todo el proceso». Suma a su queja que al mencionado comité de expertos «no se le ha permitido hasta hoy el acceso al interior de las balsas de fosfoyesos para poder realizar las mediciones necesarias» que permitirían ampliar la investigación. Una brusca rotura por fractura de la instalación, con el consiguiente derrame de millones de toneladas de fosfoyesos en el estuario del río Tinto, tendría graves consecuencias medioambientales, indican los integrantes de Mesa de la Ría, ya que alcanzaría «sin duda» a «las zonas aledañas por el efecto mareal», y probablemente a la costa o «al débil ecosistema del Parque Nacional de Doñana». Pero no serían las únicas. «Acarrearía además una incidencia directa sobre el canal de navegación del Puerto de Huelva, lo que podría ocasionar la paralización de su actividad económica», lanzan.