Política

Sevilla

Murillo, un pintor con una «profunda religiosidad»

El arzobispo Asenjo reivindica la fe del artista frente «a la intención de secularizar al personaje» y presentarlo «como si fuera un truhán»

El arzobispo de Sevilla, ayer en la presentación del libro-catálogo de la muestra / Foto: Efe
El arzobispo de Sevilla, ayer en la presentación del libro-catálogo de la muestra / Foto: Efelarazon

El libro-catálogo «Murillo en la Catedral de Sevilla», que documenta las 16 obras de este autor que se conservan en ese templo y las dos del Palacio Arzobispal, sirvió ayer al arzobispo de Sevilla, José Asenjo, para reivindicar la religiosidad de Murillo, tanto en su faceta artística como humana. «Últimamente hay una intención difusa, no muy concreta, de secularizar al personaje; como si fuera un truhán solo preocupado por su medro personal con pocos escrúpulos morales», aseguró en la presentación del volumen de la exposición que desde el pasado 8 de diciembre –y hasta el 8 de diciembre próximo– se celebra en la Catedral de Sevilla y que ha registrado ya un millón y medio de visitas.

«Murillo: La mirada de la santidad» es el título de esa muestra que en la misma catedral hispalense ha reunido estos 18 lienzos de tema religioso ante los cuales, según Asenjo, puede apreciarse que se trató de un artista «convencido de la fuerza evangelizadora de su pintura».

También fue Murillo un hombre de «una enorme cultura religiosa; sobre todo pintor religioso» y con «una fe no fingida» porque, añadió el prelado, «nadie da lo que no tiene» y las obras reunidas en esta exposición conmemorativa del cuarto centenario del pintor y documentadas en el libro-catálogo presentado ayer se explican «desde una profunda religiosidad».

El arzobispo también recordó detalles biográficos del pintor, como que fuese miembro de cuatro hermandades religiosas, entre ellas de la exigente Santa Caridad, que le obligaba a pedir limosna para los pobres, entre otros compromisos en favor de los desamparados y los enfermos.

En la Santa Caridad fue admitido por el fundador de la hermandad, Miguel Mañara, padrino de bautismo de un hijo y una hija de Murillo, autor de 18 inmaculadas y quien «tuvo que conocer el estallido inmaculista de Sevilla» en favor de este dogma.

Asenjo calificó de «robo» la acción del mariscal Soult durante la invasión napoleónica en Sevilla, de donde se llevó casi dos mil cuadros, 150 de ellos de Murillo.

El libro-catálogo de esta exposición, una de las más duraderas de las que han conmemorado el Año Murillo, fue presentado por sus autores, los profesores Juan Miguel González Gómez y Jesús Rojas-Marcos González, quien aseguró que las casi 400 páginas y las 127 reproducciones gráficas que lo componen superan su función como mero catálogo de la muestra catedralicia.