Exposición
Naturaleza plena
El Museo Carmen Thyssen Málaga expone “Invierno en Andalucía”, una obra de Emilio Sánchez Perrier, referente de la escuela de Alcalá de Guadaíra
Las décadas finales del siglo XIX serán las del triunfo de la pintura “à plein air”, al aire libre. La realidad se convierte en el principal interés de los artistas que, en su aproximación al paisaje, buscarán no solo describir con verismo los elementos de la naturaleza, sino capturar las sensaciones atmosféricas. En este contexto surgen numerosas escuelas, colonias y grupos artísticos, colectivos más o menos estables, unidos bajo un común interés por pintar directamente a la vista de la naturaleza. En Andalucía, un ejemplo muy destacado lo proporciona la llamada escuela de Alcalá de Guadaíra, establecida en esta localidad sevillana por el pintor Emilio Sánchez Perrier. Éste, discípulo de Carlos de Haes -el mentor de toda la primera generación plenairista española- y seguidor del estilo de Martín Rico y Mariano Fortuny, dos de los grandes pintores del fin de siglo e iniciadores de la modernidad en la pintura española, convirtió Alcalá en motivo recurrente de una pintura cargada de sugerencias ambientales. Las riberas del río Guadaíra protagonizan muchos de sus lienzos, en los que la riqueza descriptiva de la exuberante vegetación convive con una extraordinaria habilidad para captar el movimiento de las aguas y los reflejos en ellas.
En la colección del Museo Carmen Thyssen Málaga hay dos hermosos ejemplos de estas temáticas, pero sin duda destaca sobre ellas “Invierno en Andalucía”, ambientada también en Alcalá. Sorprende en esta pintura la verosimilitud casi fotográfica con que se muestran las cortezas de los árboles desnudos y la maleza entre la que se encuentra un pequeño rebaño de ovejas. Pero cautiva la mirada y los sentidos sobre todo la sensación atmosférica, que casi provoca un escalofrío al espectador, de un intenso frío invernal, con una niebla que empieza a colarse entre los árboles, en un día de cielo plomizo, en una fría mañana.
Sánchez Perrier fue un artista inquieto. Se formó en Sevilla, Madrid y París. En la capital francesa entró en contacto con la pintura de la Escuela de Barbizon, acaso el grupo de pintores realistas más importante de la Europa del momento. Su influencia es patente en obras como ésta, donde dominan los tonos sombríos y la belleza de un paisaje agreste, en el que la luz del sur, de su Sevilla natal, está ausente, sustituida por una evocación casi norteña.
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