Nueva agresión de taxistas contra la competencia de los VTC

El colectivo lanza huevos contra un coche de alquiler mientras protestaban frente a la Consejería de Fomento

El conflicto abierto entre los taxistas y los vehículos de alquiler con conductor (VTC) sigue escribiendo capítulos negros. Una nueva agresión, producida esta mañana, vuelve a empañar las exigencias del taxi. En torno a un centenar de taxistas estaba concentrado esta mañana frente a la Consejería de Fomento para exigir una regulación más dura con la competencia. La protesta estaba prevista entre las diez y la doce, como cada lunes. Ataviados con chalecos amarillos y portando pancartas, se agolpaban en las inmediaciones de la estación de Santa Justa cuando un coche con matrícula azul pasó delante de ellos. Algunos taxistas comenzaron a lanzar huevos contra el vehículo, al identificar el distintivo que deben llevar los VTC desde julio, según fuentes policiales, que aclararon que “no se produjo ninguna agresión física”, pero sí un conato de altercado cuando el conductor detuvo el coche y se encaró con los taxistas. No es la primera vez estos emplean la violencia contra Uber o Cabify desde su implantación en Andalucía. En mayo de 2017, nueve vehículos de Cabify amanecieron quemados en el aparcamiento en el que se encontraban, preparados para prestar servicio durante la Feria de Sevilla.

Tras el incidente, la protesta continúo sin más sobresaltos, con la calle parcialmente cortada y ante fuertes medidas policiales que permanecían custodiando la entrada a la Consejería. La consejera de Fomento, Marifrán Carazo, ya se reunió en enero con los taxistas para escuchar sus demandas y la semana próxima está previsto que el Parlamento aborde cuestiones relativas a su regulación, que compete a las comunidades autónomas. Precisamente frente al Parlamento andaluz se trasladará la concentración el próximo lunes, según han informado los líderes de las asociaciones.

Mientras los taxistas acusan a los conductores de VTC de instrusismo y de invadir su ámbito de actuación -la regulación de los vehículos de transporte concertado les prohíbe circular a la búsqueda aleatoria de clientes o captar viajeros por la calle-, el conflicto desencadenado ha deparado una investigación policial con una treintena taxistas investigados por supuestos casos de acoso, violencia y amenazas. El taxi sevillano protagonizó en octubre un paro para demandar más controles sobre los VTC y en noviembre se manifestaron en caravana por la capital colapsando una de sus principales arterias. El sector exige requisitos como la precontratación con un tiempo preestablecido o un recorrido mínimo.