Política

Andalucía

Peces por tomates, el conflicto saharaui y 50 millones de euros

El acuerdo con Marruecos supone la supervivencia de unos 800 empleos en Cádiz y más competencia agrícola para Almería

La flota gaditana depende del acuerdo con Marruecos / Foto: EFE
La flota gaditana depende del acuerdo con Marruecos / Foto: EFElarazon

El acuerdo con Marruecos supone la supervivencia de unos 800 empleos en Cádiz y más competencia agrícola para Almería

En la política internacional no caben las casualidades. La varias veces postergada visita del Rey Felipe VI a Marruecos ha coincidido con los trámites finales para el cierre de un nuevo acuerdo de pesca. España ha multiplicado los gestos. Desde la donación del Gran Teatro Cervantes de Tánger hasta la RAE, que ha elegido por primera vez a un hispanista marroquí como académico. Están en juego importantes intereses para España y, en gran medida, para Andalucía. En Cádiz tienen los ojos como platos ante las expectativas. En Almería, se encomiendan a la Virgen de Araceli, patrona del campo andaluz. En gran medida, los beneficios pesqueros redundan en mayores importaciones a Europa de hortalizas marroquís. «Peces por tomates», se viene resumiendo el acuerdo históricamente. Un informe europeo determinó que por cada euro invertido en Marruecos se genera 2,78 euros de valor añadido.

A Bruselas le interesa Rabat, además de por la pesca, por otros aspectos como la seguridad o la inmigración. A Marruecos le interesa el mercado comunitario para dar salida a unas producciones agrícolas, como el tomate, que acceden hundiendo precios, con Almería (y Murcia) como principal perjudicada por la coincidencia de las campañas. En ésta, como en anteriores negociaciones, Rabat ha tratado de llevar aparejada la pesca, donde tiene una posición de fuerza, con la agricultura. El Parlamento Europeo dio luz verde al acuerdo de pesca, que otorga más de 90 licencias a barcos españoles y descartó la posibilidad de preguntar al Tribunal de Justicia de la UE por su legalidad por incluir aguas adyacentes al Sáhara Occidental. Fuentes de la Consejería de Agricultura recordaron a LA RAZÓN que el acuerdo aún no es una realidad porque debe pasar el corte del Reino de Marruecos y del Reino de España. Se trata de un protocolo negociado entre Bruselas y Rabatcon el que tratan de ajustarse al fallo del Tribunal de Justicia de la UE, que tumbó el anterior acuerdo por considerar que no beneficiaba a la población local saharaui. Un total de 128 barcos comunitarios, entre los cuales hay 92 españoles, podrán faenar en los próximos cuatro años en las aguas de Marruecos, que percibirá 52 millones anuales, en lugar de los 40 millones del anterior protocolo. De esta contrapartida, más de 40 millones anuales serán pagados por la Comisión Europea y los otros 12 millones por los armadores europeos beneficiados. El protocolo rubricado, fruto de meses de negociaciones, prevé un aumento en el número de los marinos marroquíes contratados a bordo de la flota europea. Además, en caso de no descargar en puertos marroquíes, la penalización llega al 15% (en lugar de 5% anterior) que tendrán que pagar los armados europeos.

En 2017 los barcos andaluces que faenaron en aguas marroquíes consiguieron 1.820 toneladas en capturas con un valor de casi 5,6 millones. Las especies más comunes en estos caladeros son el boquerón, la sardina, el pez sable, el voraz y el pargo. En Marruecos pescan barcos de todo el Golfo de Cádiz, aunque la actividad es especialmente importante para los núcleos de Conil y Barbate.

El primer acuerdo de pesca con Marruecos data de 2007. Los caladeros del Golfo de Cádiz daban poco margen a la rentabilidad a barcos de pesca artesanal. Después vinieron otros dos duros acuerdos y se vivió un bloqueo entre 2011 y 2013. En Cádiz, por lo que pudiera pasar, y ante la dificultades para negociar con los marroquís –comerciantes por naturaleza- esperaron para comprar carnaza. En la práctica, Europa usa una media de 70 licencias anuales que generan unos 1.000 empleos, según la Comisión Europea de 2017. Apenas solo 18 buques, holandeses o lituanos, pescan con arrastre pelágico, la modalidad industrial que concentra la mayoría del total de 83.000 toneladas de pescado capturado al año en aguas marroquíes. Esta flota era la que bloqueaba el acuerdo ya que faenaba en los ricos caladeros del Sáhara Occidental, territorio ocupado para el Tribunal de Justicia de la UE. Este fallo llegó cuando tocaba renovar el acuerdo y vino a complicar todo más. De Conil son unos ocho barcos que pescan en Marruecos. «En total, suman 1,3 millones de euros, eso es un tercio de lo que vende la lonja de Conil», según la cofradía de pescadores. «La flota gaditana captura 1.544 toneladas, eso supone cuatro millones». Del acuerdo depende la flota andaluza de cerco y palangre de fondo, esto es, más de 50 barcos del Golfo de Cádiz, con un impacto en el empleo de más de 480 puestos de trabajo directos y 320 indirectos. La flota europea se vio obligada a abandonar las aguas marroquíes y saharauis el pasado 14 de julio, con el fin del anterior acuerdo, dos días antes del Día del Carmen, patrona de los marineros. El presidente de la Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores, Manuel Fernández, respira aliviado. «Era muy importante».