Sevilla

Pequeñas espinas

La Razón
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Despedía ayer la Semana Santa con los sentimientos de grandeza que ha tenido. La seguridad ha funcionado como un reloj, pero de los buenos. Son muchos los que protestan por parecerles excesivas ciertas medidas, y en esto hay que parafrasear a la gran Coco Chanel cuando decía que «nunca se es demasiado rica ni demasiado delgada». En esto de proteger a la población, sobre todo en grandes aglomeraciones, «nunca se es demasiado riguroso». Porque no se trata de los acuerdos que adopten la Delegación del Gobierno y el ayuntamiento de la ciudad, con sus respectivos cuerpos armados. Conviene recordar que España está en nivel 4 de alarma y en momentos como la Semana Santa resulta un escenario muy apetecible para el terrorismo internacional. Viendo salir el Viernes Santo la hermandad de Montserrat una persona que estaba a mi lado hablaba con acento argentino por el móvil. Contaba que estaba impresionado. Miles de personas llenaban las calles sin que ocurriera nada. De pronto, al paso de una imagen, una mujer empezó a cantar desde un balcón y se había hecho un silencio absoluto. No había visto nada parecido en ninguna parte del mundo. Cierta la apreciación del turista y es para felicitarse pero, al igual que antes, nunca es demasiado. El Sábado de Pasión les conté el vía crucis de la hermanad de las Siete Palabras. La iglesia de San Vicente estaba solamente iluminada por unos pocos cirios. Rompiendo ese momento mágico, cientos de luces de los móviles haciendo fotos. Esto ocurre en las misas, los besamanos... Las sillitas, aunque están prohibidas, forman en muchos lugares una especie de cerramiento para el paso del personal. Debajo de mi balcón, en plena plaza del Duque, habilitan un espacio grande para que puedan dejar los cochecitos de los niños. Les aseguro que nunca he contado más de 20. Al tiempo, en plena bulla, ves cientos de cochecitos con bebés en ellos. Es milagroso que nunca suceda nada, pero no conviene abusar del trabajo de los ángeles de la guarda. Éstos son deberes para el próximo año.