Toros

Sevilla

Rabicano y Belmonte

El torero Juan Belmonte / Foto: La Razón
El torero Juan Belmonte / Foto: La Razónlarazon

Ocurrió un 21 de abril de hace ciento cinco años. Su protagonista, por entonces, acaba de cumplir 22 primaveras. Las crónicas nos dicen que aquel toro de Miura lo encumbró como mandamás del toreo. Era encunado de pitones, serio y de noble comportamiento. Se llama «Rabicano». Y quizás, sin esa listeza habitual de los toros marcados con el hierro de la «A con asas». Por eso mismo, cuenta una leyenda que tal fue el dominio del Pasmo de Triana, que en un desplante le llegó a coger el pitón como adorno. El conocedor fue corriendo a contárselo al ganadero, don Eduardo Miura, pues no tenía costumbre de ver sus toros en la Feria de Sevilla. Al conocer que Juan Belmonte había agarrado el pitón a uno de sus fieros toros dijo: «¡No puede ser! ¡No puede ser!».

Los Miuras también pusieron en figura a jóvenes toreros de la época como Machaquito con «Zapatero», Joselito El Gallo con «Galleguito» o Vicente Pastor con «Recovero». El genio de Triana había toreado de forma colosal a otro Miura, berrendo capirote, de nombre «Lentejo». Relataba don Pepe en «Palmas y pitos» que «Juanillo Belmonte había convertido a la fiera en un «amigo de la infancia», haciendo alusión a aquella histórica faena en la plaza de toros de Sevilla. Ocurrió en abril de 1914, fecha del primer encuentro en la Real Maestranza entre José y Juan, Gallito y Belmonte, con el mexicano Gaona como testigo. En aquel cara a cara, tras el sexto toro, los partidarios de Belmonte se lanzaron al ruedo para sacar a hombros a su torero y pasearlo por las calles de Triana.

Otro abril del 62, el que «templó, paró y mandó», Carlos V de la tauromaquia, se citaba para siempre con el que fuera su rival y compañero, José Gómez Ortega, Joselito El Gallo.