Un caballero español

En las tauromaquias de Francisco de Goya aparece un dibujo de un caballero español frente a un toro, pues eran los únicos que podían lidiarlo, bien a caballo o bien a pie. Desde el corazón de Asturias, se hacía justo homenaje al Conde de Villafuente Bermeja, un caballero español. Oí decir que «Asturias es España y lo demás es tierra conquistada» y, también, que si doblas el mapa de España, Andalucía y Asturias se tocan, de ahí la gran afinidad entre las dos tierras. Conocido por sus retransmisiones taurinas en Canal Sur, Sancho Dávila, de raíces gaditanas, es un señor de Iberia, de los campos bravos de Andalucía. Apoderado de un torero –casi hijo– con el que comparte la sangre de Villamarta y que honra, como matador de toros, las cinco letras del apellido Miura. Es un reconocido embajador de la Tauromaquia en Hispanoamérica, especialmente en plazas como Quito y Lima. No hizo falta que Curro Romero le confirmara la alternativa en Madrid para llamarle «maestro». Las dehesas ganaderas de «Puertolaca», en el pueblo jienense de Santiesteban del Puerto, son la segunda patria de un señor del campo andaluz, al que los versos cantaban con aires de pasodoble: Tío Sancho para muchos/ Sancho Álvaro en la tarde,/ tan ingeniero, tan noble,/ torero de puertas grandes./ Hoy mi brindis va por ti/ y por eso en tu homenaje,/ permítame, señor Conde,/ que mi copa en Gijón alce/ para decir en Somió,/ en esta tierra del bable, /donde partió Don Pelayo/ y la reconquista nace :/ por sus toros ibarreños/ y hacer la Fiesta más grande,/ viva Asturias, viva España,/ Sancho Álvaro en la tarde,/ un caballero español,/ Sancho Dávila Iriarte.