Política

Castilla y León

El Hemiciclo más plural se queda sin izquierdas, engullidas por el PSOE

El desplome de Podemos y la desaparición de IU dejarán a los socialistas solos en este espectro ideológico

Panorámica del hemiciclo de las Cortes de Castilla y León, durante uno de los intensos plenos celebrados en la legislatura recién terminada
Panorámica del hemiciclo de las Cortes de Castilla y León, durante uno de los intensos plenos celebrados en la legislatura recién terminadalarazon

Si la legislatura recién terminada había sido la más plural de la Democracia en Castilla y León, debido a la fuerte irrupción en 2015 de partidos tan distintos en lo ideológico como Podemos y Ciudadanos, que entraban en el hemiciclo con diez y cinco procuradores, respectivamente, el mandato que se avecina en nuestra Comunidad, no se quedará a la zaga y será aún más diverso si cabe.

Especialmente por la llegada de Vox con el representante que ha obtenido por Valladolid, Jesús García Conde, pero también y sobre todo por la sorpresa surgida en tierras abulenses: la formación «Por Ávila» (XAV), con Pedro Pascual a la cabeza. Ambos partidos se estrenarán en las Cortes regionales con un escaño cada uno. Además, en el caso de este último, podrá llevar al Parlamento regional la voz y las inquietudes y demandas de los abulenses, al igual que ocurre con la UPL en León. Aunque el partido que lidera el que fuera presidente de la Diputación con el PP, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, futuro alcalde de Ávila con XAV, no es de carácter regionalista como sí lo es el leonesista. Unos resultados electorales que ponen de manifiesto, también en Castilla y León, la actual tendencia política en España, con cada vez mayor fragmentación en el voto.

Si bien, esta pluralidad política tendrá una diferencia significativa respecto al último mandato del popular Juan Vicente Herrera: el debilitamiento de la izquierda. Y es que los partidos que se sitúan más a la siniestra del PSOE han sido engullidos por los socialistas de Tudanca, ganador sin paliativos de las elecciones autonómicas en Castilla y León por vez primera en los últimos 32 años, aunque no le da para gobernar en mayoría.

Entre los damnificados se encuentra Izquierda Unida, que desaparece de la Cámara autonómica a la que se presentaba en coalición con Anticapitalistas, Izquierda Republicana y Tierra Comunera bajo el liderazgo de José Sarrión, portavoz de IU en la anterior legislatura, que ha presentado la dimisión irrevocable al perder su escaño. También es el caso de Podemos, cuyo desmoronamiento ha provocado que los del puño y la rosa se queden prácticamente solos como representantes de este espectro ideológico.

Los morados han sido los grandes perdedores de las elecciones autonómicas y municipales al conseguir sólo dos representantes en las Cortes de los diez que tenía: el de Laura Domínguez, por la provincia de Burgos, y el del propio Pablo Fernández por León, que en un principio había quedado fuera del Legislativo, pero tras el polémico recuento de la Junta Electoral de León parece que finalmente sí que podrá estar presente en el Parlamento autonómico.

En cualquier caso, lo peor para Podemos es que ya sea uno o dos los escaños que obtenga, apenas tendrá influencia alguna, porque el mapa político tendrá tres actores principales: PP, PSOE y Ciudadanos, que serán quienes guisarán y se comerán todo lo que haya en la mesa los próximos cuatro años. Dos de ellos gobernando -aún está por ver si en coalición o no-, y, el tercero, como líder de la oposición. El resto, los ya mencionados Vox y XAV, a los que habría que sumar a los leonesistas de la Unión del Pueblo Leonés (UPL), liderados de nuevo por Luis Mariano Santos, serán secundarios o de reparto y su influencia ante cualquier Ley que se impulse, será exigua.

Todas las opciones de pacto abiertas

Ciudadanos tiene la llave del futuro Ejecutivo. Y todas las opciones son posibles, incluida la de que ellos sean quienes manden.

PP y PSOE tienen claro que solo hay dos: las suyas. Y quieren ganarse el voto naranja. Los socialistas tienen a su favor que son los más votados y que, al igual que en Andalucía pero al revés, Igea les apoyaría para «abrir ventanas» tras 32 años de Gobierno del PP. Los populares tienen de su parte el programa, más parecido al de Cs, sobre todo en lo fiscal, o que el pacto se decidirá en Madrid, donde los de Rivera han mostrado su preferencia por el PP y huyen de todo lo que huela a «Sanchismo», como Tudanca. También que la Región sea moneda de cambio en un reparto de poder entre PP y Cs. Aunque el PSOE podría verse beneficiado si el PP cede para no perder el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Madrid