Castilla y León
La Junta ve indicios de que el incendio de Navalacruz fue intencionado
El fuego arrasa más de 180 hectáreas
El delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Ávila, José Francisco Hernández, ve indicios de que el incendio en el término municipal de Navalacruz haya sido provocado.
Hernández mantuvo esta hipótesis “con todas las reservas”, teniendo en cuenta que en la zona “no existe posibilidad, en principio, de negligencia”.
Por su parte, el alcalde del municipio abulense de Navalacruz, con una población de unos 250 habitantes, Benigno González, calculó que el incendio, que se encuentra en un nivel de peligrosidad 1 y que movilizó a unas 200 personas para su extinción, ha arrasado en torno a 180 hectáreas y afecta a un perímetro de 7,5 kilómetros.
González señaló a Efe que el fuego estuvo esta madrugada a unos 350 metros del casco urbano, si bien esta mañana, con la llegada de los medios aéreos, considera que la situación está “controlada”.
Asimismo, indicó que una de las mayores dificultades para extinguir las llamas, además de lo escarpado del terreno, fue el viento cambiante durante toda la jornada del martes.
“El viento llegó a cambiar en veinte minutos hasta cuatro veces”, ha explicado gráficamente el alcalde, quien ha destacado igualmente el despliegue de medios humanos y materiales que ha llegado a movilizar a 200 personas y once medios aéreos procedentes de Castilla y León, Extremadura y Madrid.
La Junta de Castilla y León mantiene el nivel 1 en la localidad abulense, pese a que el trabajo combinando de los medios del Gobierno regional, el Ministerio y la Unión Militar de Emergencias (UME), permitió “contener” el frente que amenazaba el pueblo. No en vano, el Ejecutivo autonómico informa que Navalacruz está ya “sin riesgo”. Además, los efectivos continúan con su trabajo en la zona. En concreto, comenzó a operar los medios aéreos para apoyar el trabajo de las cuadrillas y las motobombas terrestres.
Además José Francisco Hernández reconoció las dificultades que se estaban encontrando los técnicos y trabajadores en la extinción de las llamas, aunque precisó que las previsiones no eran pesimistas. Eso sí, advirtió de la existencia de un flanco “más complicado” que como consecuencia del viento provocaba más trabajo en el operativo que intenta perimetrar y estabilizar el incendio y estabilizarlo en las próximas horas para su posterior extinción.
Hasta diez medios aéreos intervinieron en esas labores de extinción. Lo hicieron con la ayuda de dos técnicos, seis agentes medioambientales, un celador, seis autobombas, cuatro cuadrillas de tierra, un buldózer, dos BRIF (la de la Iglesuela y la del Puerto del Pico), dos ELIF (las cuadrillas helitransportadas) y una unidad helitransportada. Todos ellos redoblaron esfuerzos al estar también activo un fuego en Gallegos de Altamiros, aunque éste, eso sí, de menor importancia, como confirmó el delegado.
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