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Castilla y León

Jesús Julio Carnero: «Nuestras metas son combatir el paro y rebajar el endeudamiento»

Jesús Julio Carnero: «Nuestras metas son combatir el paro y rebajar el endeudamiento» larazon

Veinticuatro horas al día al servicio de los alcaldes de la provincia. Es el objetivo que se marcó el presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, cuando llegó al cargo y que, jornada tras jornada, trata de cumplir. Este apasionado de la montaña y el deporte, de la lectura en general y la buena literatura en particular, encara la segunda parte de la legislatura con varios retos sobre la mesa: contribuir a rebajar la sangría del paro, garantizar la prestación de servicios en los pueblos vallisoletanos y rebajar el nivel de endeudamiento.

– Empecemos por esto último, presidente, ¿cómo lleva su Diputación ese ajuste de cuentas al que se están enfrentando todas las administraciones públicas?

– Estamos en el buen camino. Si queremos ser una institución saneada, que afronte el futuro de acuerdo con las normas que fija la Constitución Española y a lo que marca Europa, hay que actuar. Y vamos a seguir avanzando ese camino. Venimos de un nivel de endeudamiento, al inicio de esta legislatura, del 96,9 por ciento y finalizaremos este año por debajo del 55 por ciento. Esto se traduce en que el saneamiento financiero será de 30 millones en apenas tres años, al pasar de 75 millones de deuda acumulada a apenas 45 millones.

– La mayor preocupación ahí fuera, en la calle, es la de muchas familias que se desviven por encontrar trabajo y no lo consiguen de ninguna manera.

– La acción política de la Diputación de Valladolid también se ha abierto a políticas de empleo muy claras. Me refiero a nuestro Plan Impulso, que busca dar, junto a la Cámara de Comercio e Industria, un empujón a esos emprendedores establecidos para que innoven. Pero también hemos previsto ayudas directas para que quienes lo pretendan puedan establecer un nuevo negocio en el medio rural vallisoletano. En 2014 este Plan, que arrancó el año pasado, crece desde un punto presupuestario en un 100 por cien, hasta los 1,2 millones de euros.

– 58.000 parados en la provincia de Valladolid parecen muchos.

– Sí. Y, por ello, pondremos en marcha dos proyectos. Uno -también con la Cámara-, para respaldar la internacionalización en el sector agroalimentario y otro, junto a Iberaval, para apoyar a quienes no dispongan de avales suficientes. La Diputación se compromete a estudiar planes y muchos tendrán la oportunidad de ver la luz. Para nosotros el empleo ocupa el primer apartado en la escala de prioridades, con independencia de que sea o no competencia propia de la corporación que presido.

– Ya que habla de competencias, usted ha defendido siempre que la Reforma Local del Gobierno y la Ley de Ordenación del Territorio de la Junta son compatibles.

– No me ofrece ninguna duda su compatibilidad. La primera es una norma de bases, con principios básicos, mientras que la segunda se ciñe al desarrollo legislativo del régimen local en Castilla y León y, por tanto, en Valladolid.

– Pero, ¿qué espera de ambas?

– Algo tan simple como que nuestros municipios, a partir de sus ayuntamientos, puedan seguir prestando servicios públicos a los ciudadanos. Creo que la aplicación de estas leyes garantiza la supervivencia de los pueblos, porque buscan una labor más racional. El nuevo mapa territorial será largo de transitar, lo sé, pero permitirá que se distribuyan las tareas y seamos más eficaces. Porque había cosas que no se sostenían en modo alguno.

– ¿El futuro de las diputaciones, con ambas leyes, considera que queda garantizado?

– Nuestra labor aparece reforzada. Pero, le digo más: la institución provincial va a seguir existiendo y tendrá importancia capital en tanto que habrá cada vez más necesidad de espacio rural. Dentro de no mucho se prevé una revolución por la escasez de alimentos en el mundo. De modo que los pequeños municipios seguirán necesitando del respaldo, apoyo y asesoramiento en cada uno de sus problemas.

– El PSOE insiste en que hay que recurrir la Reforma Local ante el Tribunal Constitucional. ¿Qué opinión le merece?

– No valoro la labor de la oposición. Cada cual es libre de tomar sus decisiones. Pero sí le digo que considero que se trata de una reforma valiente, beneficiosa para Valladolid y que garantiza el futuro de una provincia municipalista como ésta.

– Presidente, las sucesivas recesiones tienen consecuencias que ustedes tratan de paliar.

– Es cierto. Hay que ir más allá. Porque la crisis está provocando un daño terrible en toda la estructura de nuestra sociedad. Nuestra hoja de ruta contempla respaldar a muchas de esas familias de los pueblos atacadas por la situación actual. Por ello, firmaremos con Cáritas, Cruz Roja y el Banco de Alimentos acuerdos para seguir respaldando a los hogares que no pueden hacer frente a la hipoteca, como hemos venido haciendo, y aportaremos 60.000 euros para llevar a quienes más lo necesitan alimentos infantiles.

– A pesar de todo, los nubarrones parece que se van disipando.

– Bueno, hay que decir aquí que el descontento del ciudadano es claro y comprensible desde muchos puntos de vista. La situación no ofrece otra posibilidad. Pero, hemos pasado de emplear la ''r'' para hablar de recesión y rescate hace apenas unos meses para ahora mirar al futuro con la palabra recuperación en la boca. Hay mucho trecho que transitar, pero dentro de la insatisfacción, estamos por el buen camino.

– Coincidirá conmigo en que han sido dos años de mandato especialmente duros.

– Mi balance tiene un anverso y un reverso. A todo servidor público le gusta gestionar el dinamismo, lo positivo, pero a partir de la priorización hemos dado pasos al frente. Nosotros dudábamos de poder ejecutar planes provinciales durante el primer año de legislatura y hemos llegado a acumular dos convocatorias. Las cosas han cambiado a mejor de una manera sustancial.