Política

León

Ni el cambio de lugar ni el de fecha logran deshacer las tablas en Las Cabezadas

Ayuntamiento de León y Cabildo Isidoriano discuten en la tradicional ofrenda que acaba sin entendimiento

El abad de la Colegiata de San Isidoro, Francisco Rodríguez Llamazares, recibe un cirio de manos del alcalde Antonio Silván
El abad de la Colegiata de San Isidoro, Francisco Rodríguez Llamazares, recibe un cirio de manos del alcalde Antonio Silvánlarazon

Ni el cambio de escenario, esta vez en al atrio de la Colegiata de San Isidoro en lugar del claustro, que se encuentra en obras. Ni tampoco el cambio de fecha, que se posponía hasta ayer debido a que el día señalado y que manda la tradición coincidió con las elecciones generales. Nada de esto conseguía que se obrara el «milagro» y que el Ayuntamiento de León y el Cabildo Isidoriano por una vez se pusieran de acuerdo en sus sempiternas discusiones de la ceremonia de Las Cabezadas.

Y es que como ocurre siempre, esta tradición volvía a terminar en tablas, pese a los intentos dialécticos del concejal Pedro Llamas en nombre del Ayuntamiento, y de José Luis Olivares, en representación del Cabildo Isidoriano, que se empleaban a fondo y en ocasiones con ironía y mordacidad para tratar de llevarse el gato al agua.

La historia se remonta a 1158, cuando San Isidoro obró el milagro de acabar con la sequía que padecía León. Desde entonces, el pueblo se lo agradece en forma de ofrenda, con la entrega de un cirio de una arroba bien cumplida y dos hachones de cera. La duda estriba en si este agradecimiento se hace de forma voluntaria, como defiende el Ayuntamiento, u obligado, como asegura el Cabildo de San Isidoro.

La corporación desfiló en procesión desde el Ayuntamiento de San Marcelo y hasta la Real Colegiata de San Isidoro, donde esperaban los miembros del Cabildo y de la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, que recibieron a los representantes municipales en una jornada nublada y con temperaturas frías a primera hora del día.

El «fuego’ dialéctico» lo abría el concejal Llamas, quien recordaba al cabildo el cambio de campo de juego en una zona de cuyo cuidado se encargan los servicios municipales y en el que se debería de reconocer que el pueblo de León agradece en una ofrenda libre la mediación divina «pero nunca obligados».

También le espetaba que el Ayuntamiento de León puede presumir de tener un concejal que puede ser Santo, «porque desde que está Fernando Salguero, decía, los pantanos están llenos y los campos verdes». Olivares, por su parte, contestaba que el cambio de escenario de la ancestral tradición sólo se debe a las obras de restauración del claustro, y que no hace falta pensar en pantanos o en rezar, «porque ahora se pone uno delante del ordenador o abre el móvil y descubre cuáles son los días propicios».

Hubo momentos jocosos como cuando Llamas dijo que Olivares le recordaba a Forrest Gump «porque los curas son como los bombones, cuando lo abres no sabes lo que te va a salir, aunque el licor usted lo lleva». O cuando este último le recordaba al síndico el enfrentamiento entre David y Goliath. «Yo soy David y ya sabemos todos como acaba la historia».

Silván pide una campaña limpia y con propuestas

El alcalde de León y candidato del PP en las municipales, Antonio Silván, pide al resto de partidos y aspirantes una campaña limpia y respetuosa en la que predominen las propuestas para el presente y el futuro de los leoneses. El primer edil leonés les tiende la mano para hacer una foto conjunta delante del Consistorio de San Marcelo para trasladar esa imagen de campaña constructiva a la sociedad leonesa.