Al colegio hasta los 18 años

Cataluña estudia alargar la educación obligatoria con el debate «Ara és demà» que quería reinventar la escuela, pero no logra el consenso.

Uno de cada cinco jóvenes españoles ni estudia ni trabaja. El porcentaje de adultos que sólo tiene la ESO es del 41 por ciento. Y el 35 por ciento de los jóvenes entre 25 y 34 años no tiene ni el Bachillerato ni una FP equivalente, el doble de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La publicación del informe educativo de la OCDE que pone al descubierto que el nivel educativo en España está lejos de países de su entorno como Italia, Portugal o Grecia coincidió ayer con la clausura del debate «Ara es demà», sobre el futuro de la educación en Cataluña, que se ha llevado a cabo a lo largo del curso 2016-2017. Aprovechando el «boom» de inovación pedagógica que se vive en los colegios catalanes, el Consell Escolar de Catalunya, liderado por la entonces consellera de Enseñanza, Meritxell Ruíz, propuso abordar la revolución en las aulas después de arrancar el pasado curso escolar.

El debate arrancó a partir de cinco ponencias elaboradas por expertos, nombres respetados del panorama pedagógico. Como el de Joan Mateo, presidente del Consejo Superior de Evaluación del Sistema Educativo que apuesta por repensar los cursos escolares, de infantil hasta bachillerato o FP, «para encontrar nuevas respuestas a las necesidades educativas de la sociedad catalana». Como novedad propone ampliar la educación obligatoria hasta los 18 años, aprovechando la introducción de nuevos métodos educativos que abogan por una formación más personalizada para asegurar el desarrollo integral de niños y jóvenes en todas las etapas. Defiende un modelo que responda a los intereses y necesidades de todos los alumnos. Y para ello, dice que habría que poder definir itinerarios en los cursos superiores que permitan combinar formación y empleo.

Esta propuesta habla de que la escolarización empiece a los dos años. El ciclo de educación infantil iría de los 2 a los 4 años. La educación primaría, de los 5 a los 10 años y se dividiría en ciclo inicial, medio y superior. La educación secundaria tendría un primer grado de los 11 a los 14 años y un segundo grado donde el alumno podría elegir entre una FP, enseñanzas Artísticas o Deportivas, o un Bachillerato (social, científico, artístico, humanístico o tecnológico).

Si bien, la propuesta defiende que la escolarización empiece a los dos años con el argumento de que favorecería los procesos de conciliación precoz, equidad y conciliación, no toda la comunidad educativa está de acuerdo. Aunque lo que genera más discrepancias es la idea de promover la autonomía de los centros educativos para, entre otras cosas, introducir mecanismos que permitan adecuar el perfil de los profesores con el proyecto educativo y el contexto del centro. El Marco Unitario de la Comunidad Educativa (MUCE), el sindicato USTEC, la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Cataluña (FAPAC), plataformas en defensa de la escuela pública o CCOO denuncia que potencia la red de escuelas concertadas y favorece la privatización de la escuela pública.

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