Nueva York
Atentamente, Joan Miró
En el día de Navidad de 1983, fallecía en Palma de Mallorca Joan Miró. Tres décadas más tarde, el legado del artista, uno de los iconos pictóricos del siglo XX, está más vigente que nunca, continuando el interés por saber más sobre su obra y su vida. En este último aspecto resulta muy interesante de las misivas enviadas enviadas por Miró y que ya han sido objeto de atención con la publicación de «Epistolari català Joan Miró 1911-1945», primera entrega de la edición completa de todas sus misivas. En una segunda entrega tendrá un papel importante la amistad que el artista mantuvo con el poeta Joan Brossa.
En el fondo de la Fundació Joan Brossa, en la actualidad conservado en el centro de estudios y documentación del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), se conservan las cartas que Miró envió al poeta visual y que permiten adentrarse algo más en las biografías de estos personajes. Este diario reproduce por primera vez algunas de esas cartas.
La admiración entre ambos fue patente y contribuyó a que trabajaran conjuntamente en algunos proyectos, especialmente en el libro «Oda a Joan Miró», una edición de bibliófilo realizada en 1973 en la que el poeta constataba su admiración por el pintor que también participó en el espectacular libro.
La primera de las cartas conservadas está fechada el 27 de junio de 1943 y está escrita desde Sant Hipòlit del Voltregà: «Benvolgut amic: Moltes gràcies per la vostra gentilesa d'enviar-me aquest poema tan ple de belles imatges. Jo estic ara ací en un racó d'aquesta magnífica i catalaníssima plana e Vic per a reposar-me per uns breus dies i després empendre de nou la feina al Camp de Tarragona».
El epistolario se extiende incluso a Nueva York o, mayoritariamente, Palma de Mallorca, la ciudad en la que se instaló el pintor definitivamente en 1954. En estas cartas siempre podemos constatar el interés del artista por conocer la labor literaria del amigo. Un buen ejemplo lo encontramos en una carta fechada el 2 de enero de 1960: «Caríssim Brossa: Ahir passàrem el dia plegats amb en [Joan] Prats. Parlàrem molt de vós, us agraeïxo el que em portéssim nous textos vostres, que llegiré ara. Dec dir-vos també la meva emoció al veure els dos exemplars dels poemes plàstics. No s'havuia arribat mai a un tan alt grau de puresa, de despullament i de rigor. en Prats us degué parlar de l'afinitar amb coses meves que ja faig o preparo. Us degué dir també, de projectes que jo tinc, ja ens veurem i parlarem quan jo vingui a Barcelona. Bon any nou i una abraçada, de Miró».
Un punto destacado en este epistolario lo constituye la creación de la fundació Joan Miró, en Barcelona. El pintor espera reunirse de algunos de sus más íntimos para que formen parte del patronato de la institución recién nacida. El 12 de mayo de 1971 se lo indica a Brossa en una carta desde Palma de Mallorca. En ella le apunta que «amb data d'avui s'ha firmat a Barcelona davant del Notari Lluís Figa Faura, l'escriptura de constitució de la FUNDACIÓ JOAN MIRÓ-Centre d'Estudis d'Art Contemporani, en la que heu sigut nomenat membre del Patronat, càrrec que espero tindreu a bé acceptar». En la misma nota, el pintor le invita a participar en la primera reunión del patronato, además de prometerle el envío de los estatutos de la fundación mironiana.
Hay dos cartas más, del año 1976, en las que se hace patente la colaboración y la amistad entre los dos artistas. El 17 de enero, Miró redacta una rápida nota en en la que le confirma que «d'acord, faré el cartell. La setmana vinent dec venir a Barcelona a fer uns dies i podré gravar-lo. Digues-ho a [el creador de la editorial Polígrafa, Manuel de] Muga, donant-li les mides per a preparar les planxes i jo també li telefonaré».
A finales de 1976, Miró felicitaba a Brossa por carta por su trabajo conjunto junto con Manel Valls. Se refería a un libro que le resultaba «molt reeixit, d'una gran força visual i poètica».
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