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Carles Santos... sobre todo la música

El TNC y el Auditori se unen para homenajear a la figura del genial creador fallecido en 2017

El montaje quiere reivindicar a Carles Santos como compositor
El montaje quiere reivindicar a Carles Santos como compositorlarazon

El TNC y el Auditori se unen para homenajear a la figura del genial creador fallecido en 2017.

Andrei Trabal convocó a cuatro de sus amigos en su casa. Les mandó una invitación postal en la que sólo escribió en rojo sangre escarlata: «¡Ya está bien, hay que hablar con los genios!» Sus amigos sabían que nunca hay que hablar con los genios, es mejor escucharlos, pero decidieron aceptar. Si el tacaño Trabal nos invita a su casa debe ser por un buen motivo, pensaron.

Llegaron juntos, entre bromas, intrigados por tanto misterio. La puerta de la casa de Trabal estaba abierta. Entraron con timidez, llamando a su amigo, al que encontraron en el salón sentado junto a un enorme piano de cola. Estaba por completo a oscuras, con velas de llama azul en el suelo rodeando el piano. Trabal les indicó que se sentaran junto a él. Les explicó que sabía cómo invocar a los espíritus, y que esa noche había decidido que hablarían con Bach, Rossini y John Cage. Sus amigos reprimieron sus escépticas carcajadas y se sentaron junto a él alrededor del piano.

Trebal hizo que se cogieran de las manos y les indicó que las apretaran lo máximo hasta que soltasen un grito. Ahhh, gritó uno, agghh, gritó otró, ohhhh, aulló el tercero, y al quinto uuuhhh las velas se apagaron de golpe. Empezó a sonar el piano. Las teclas bajaban solas, recitando una fantasmal melodía minimalista de eco atonal que los heló la sangre. «¿Bach, eres tú?», preguntó Trebal.

Nadie respondió y siguieron escuchando aquella música del más allá, que sin embargo les hacía sentir más en este mundo que nunca. Escucharon atónitos hasta que se hizo un profundo silencio y oyeron unos pasos alejarse del piano. «¡Hemos hablado con Carles Santos!», dijo Trebal, dándose cuenta del prodigio. Sus amigos le corrigieron al instante. Nunca hay que hablar con los genios, hay que escucharlos, y se marcharon dándoles las gracias por aquel prodigio.

El Teatre Nacional de Catalunya (TNC) acoge esta noche un merecido homenaje a uno de los creadores más extraordinarios que han dado las artes escénicas de este país en los últimos 50 años. Carles Santos fallecía el 4 de diciembre de 2017 a los 77 años, pero su impronta en la música y teatro catalanes continúa muy presente. La Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya (OBC) llenará la Sala Gran del TNC de las principales partituras de Santos, con nuevos arreglos sinfónicos, para elevar su música a los cielos y ver si lo invocan, aunque sólo sea en los corazones de los que tengan la suerte de estar presentes en el milagro. «Queremos ir más allá de la anécdota que siempre rodeó la obra de Santos y centrarnos en su música, que se vea su genial grandilocuencia», señaló ayer Jordi Oriol, responsable de la dirección escénica del espectáculo.

Por supuesto, esto no quiere decir que no aparezcan elementos escénicos y performáticos. Por ejemplo, podremos ver en escena a Wanda Pitrowska, una especie de alter ego de Xavier Albertí en escena, y al tenor Antoni Comas colgado en una liana balanceándose al grito salvaje de Johnny Weissmüller. «Estoy convencido que si Carles hubiese podido escuchar esto le hubiese emocionado. El público se lo pasará muy bien», comentó Comas.

Un programa variado

El programa lo conforman «L'esplèndida vergonya del fet mal fet», siete movimientos para pianola en que el público podrá oir al propio Santos tocar dentro de la grabación de la pianola. «Sama Samaruck Suck Suck», una suite sinfónica de 2002. Y las danzas de «Belmonte», «una de las catedrales góticas de la música del siglo XX», según Albertí. La noche acabará con «Homenantge glòtic a Johnny Weissmüller» y «Ricardo i Elena». «Si no añadiésemos las composiciones de Santos al repertorio sinfónico nos perderíamos alguna cosa», concluyó Albertí.

Su último montaje en el TNC junto a Oriol

Carles Santos se despedía del TNC con una obra homenaje a su maestro y amigo Joan Brossa. En «Esquerdes parracs enderrocs» trabajó codo con codo con Jordi Oriol, que ahora se ha encargado del homenaje a Santos. «Aprendí mucho a su lado. Sobre todo me comentaba que a veces le sabía mal que la música quedaseensombrecida por las anécdotas escénicas que ocurrían a su alrededor. Por eso, a la hora de plantear este espectáculo, quería que esto no volviese a suceder. Escuchar a un nuevo Santos en sinfónica ya es de por sí todo un espectáculo», reconoció ayer Oriol, que aseguró que para Santos todo era música, hasta los movimientos escénicos.

Dónde: Teatre Nacional de Catalunya (TNC). Pl. de les Arts, s/n. Barcelona.

Cuándo: El 5 de marzo.

Cuánto: 24 euros.