Libros
Chatwin, el último maldito
«Bajo el sol» reúne el epistolario del enigmático autor de «En la Patagonia». «Bajo el sol». Bruce Chatwin. Sexto piso. 560 páginas. 28 euros
Hay escritores de los que lo sabemos todo y otros de los que quisiéramos saberlo todo por solamente tenemos su obra como respuesta. Son malditos, autores envueltos en una suerte de misterio dentro de otro misterio y nos gustaría saberlo todo, pero seguimos teniendo más incertidumbres que certezas sobre el personaje. La nómina de estos creadores es destacada porque, aunque su eclosión la podemos encontrar en el París de finales del siglo XIX, sigue en la actualidad con la misma fuerza.
Un buen ejemplo es el escritor británico y viajero Bruce Chatwin (1940-1989), de quien Sexto Piso acaba de publicar «Bajo el sol», volumen que recoge una parte importante de su epistolario. Es un recorrido por una vida en la que se funden la literatura, el arte y la aventura, con receptores de lujo como Susan Sontag, Roberto Calasso o Patrick Leigh Fermor. Todo ello se ha logrado gracias al esfuerzo de la viuda de Elizabeth Chatwin y Nicholas Shakespeare, su biógrafo. El resultado nos permite tener, de alguna manera, la autobiografía que Chatwin nunca llegó a escribir.
El escritor inició su carrera como uno de los expertos en impresionismo para la casa de subastas Christie's. Sin embargo, una crisis nerviosa le hizo replantearse las cosas y viajó a África, punto de inflexión en su vida que le sirvió para descubrir en el nomadismo una de sus principales manera de entender la vida. La arqueología y el periodismo también aparecieron, pero probablemente hoy no se hablaría de él si no hubiese dejado tras de sí algunos libros, como «En la Patagonia» –uno de los mejores títulos de la literatura de viajes del siglo XX–, «Colina negra» o «Los trazos de la canción». Hay quien ha intentado buscar en todos estos textos vestigios de la biografía de Chatwin. Nicholas Shakespeare es de la opinión de que «no cuenta media verdad, sino verdad y media».
Las cartas recopiladas son también un soplo de aire fresco en alguien que murió demasiado pronto, un rebuscar nuevo material de lo que parecía una de las más prometedoras trayectorias en el mundo de las letras. Su editor, Tom Maschler, decía que «de todos los que denomino "mi grupo"(Ian McEwan, Martin Amis, Julian Barnes, Salman Rushdie), aquel cuya trayectoria futura me inspiraba más curiosidad era Bruce. Creo que, si hubiera vivido, los habría superado a todos».
El recorrido de «Bajo el sol» nos ayuda a acompañarlo desde su infancia como colegial interno hasta muy poco antes de su fallecimiento a los 48 años. El escritor dejaba que se escaparan fragmentos de su vida con el que poder acabar con el enigma que siempre lo ha perseguido. El mejor ejemplo es una breve carta al agente literario Andrew Wylie: «Soy muy partidario de actuar como un lobo sin quitarse la piel de cordero. En caso de duda, ponte una segunda piel de cordero encima».