El Clínic opera tumores de riñón con una técnica pionera que burla la diálisis

El cáncer de riñón es traicionero porque apenas da síntomas. Pero no es ni la mitad de mezquino que el cáncer de pulmón o de páncreas, porque al menos se detecta con una radiografía simple, progresa lentamente y suele encontrarse cuando aún no ha hecho metástasis.

El cáncer de riñón es traicionero porque apenas da síntomas. Pero no es ni la mitad de mezquino que el cáncer de pulmón o de páncreas, porque al menos se detecta con una radiografía simple, progresa lentamente y suele encontrarse cuando aún no ha hecho metástasis. Eso quiere decir que en la mayoría de los casos se puede operar y la esperanza de vida es elevada como constata el Hospital Clínic, el 95% de los pacientes tiene una esperanza de vida superior al

Pero en Medicina, siempre quedan cosas por inventar, ya sea para curar a ese 5% de pacientes con un tumor en el riñón que no supera los cinco años o para mejorar la recuperación del enfermo. Y eso, como dice el doctor Antonio Alcaraz, jefe del Servicio de Urología del Hospital Clínic, se hace «extremando la imaginación». El último paso que ha dado su equipo es aplicar con éxito una técnica pionera para extirpar un tumor maligno de riñón que evita la diálisis. Como dice el doctor Raúl Martos, del mismo equipo, el «leit motiv» de esta intervención es «curamos el tumor, evitamos la diálisis y permitimos al paciente hacer vida normal tras la operación».

Esta técnica es la primera vez que se hace en Europa. Sólo se había probado antes en una docena de pacientes de un centro hospitalario de la China con el que el equipo del Clínic ha tenido contacto. La idea es evitar lo que se llama nefrectomía total, esto es quitar el riñón. Con esta intervención se extirpa sólo el tumor canceros o el tejido enfermo y se evita que el riñón que de tocado. ¿Cómo? Se introduce un catéter a través de la pierna, vía arteria femoral, para obturar la arteria del riñón con un globo a través del que circula una solución fría. Se corta el paso de la sagre y por el contrario circula un sérum que mantiene activas las funciones del riñón. «Con esto conseguimos que el riñón no pierda sus funciones renales ni sufra daños que obliguen al paciente a pasar por diálisis tras la intervención», precisó el doctor Alcaraz. Además de burlar la diálisis, el postoperatorio es más rápido y el paciente puede tener la alta den 3 o 4 días.

Lluís Ocaña es uno de los dos pacientes que ha probado ya esta técnica. A raíz de un problema de tensión, el médico de cabecera le detectó un tumor en el riñón. «El doctor me dijo que tenía dos noticias, una, que tenía un cáncer, y dos, que se podía operar», recuerda. De esto hace tres meses. No tenía síntoma alguno que le hiciera pensar en que podía estar enfermo. Pero gracias a Dios, cuando le detectaron el cáncer estaba localizado. El tumor era grande, 7 centímetros, y afectaba a su capacidad renal. Pero tras pasar por quirófano el pasado 5 de noviembre, no ha tenido que hacerse diálisis. «¡Hubiera sido terrible!», admite. Está contento, hace vida casi normal, lo único que le molesta es «tener que dejar de fumar después de 55 años», dice.