Cataluña

El PSC se planta: o gobierna Illa o se repiten las elecciones

Los socialistas no accederán a un chantaje de Junts y ponen el foco en ERC, que no desea volver a las urnas

El candidato del PSC en las elecciones catalanas, Salvador Illa, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto de cierre de campaña del PSC en el Palau Vall d'Hebron de Barcelona. DAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESS 10/05/2024
El candidato del PSC en las elecciones catalanas, Salvador Illa, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto de cierre de campaña del PSC en el Palau Vall d'Hebron de Barcelona.DAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESSEuropa Press

Sólo hay dos opciones para el PSC tras su «contundente» victoria en las elecciones catalanas del pasado domingo. O el nuevo Govern lo lidera Salvador Illa, el candidato de los socialistas, o muy probablemente Cataluña estará abocada a una repetición electoral, pues los votos del PSC no investirán a ningún otro presidente. Así lo aseguran en la calle Pallars, convencidos de que la derrota del independentismo -entre Junts, ERC y CUP no suman la mayoría absoluta que sí han conseguido en los últimos 15 años-, sugiere un «cambio de rumbo» que debe ser liderado por una candidatura, la de Illa, que ha aumentado su fuerza en hasta nueve parlamentarios. Los escenarios para que el exministro de Sanidad pueda llegar a Palau son, no obstante, complejos, pues si el PSC no está por la labor de facilitar un Govern independentista tampoco Junts se manifiesta dispuesto a apoyar a los socialistas. Es más, Carles Puigdemont, líder de los posconvergentes, asegura que se presentará a la investidura, y se ve «fuerte» para conseguir los apoyos que le conduzcan a la presidencia de la Generalitat catalana.

La primera encrucijada de esta legislatura pasa por conseguir la presidencia de la Mesa, cargo que reclama el PSC pero también Junts. Incluso ERC, a través de un acuerdo con alguno de ambos, tendría opciones de hacerse con ella. Será este órgano, una vez constituido, quien proponga un candidato a la investidura, que muy probablemente será Illa en primera instancia, en tanto que ganador de los comicios. Algo similar sucedió con Alberto Núñez Feijóo, líder del PP en España, tras ganar las elecciones generales en julio. En esto pone el foco Puigdemont, recordando que los populares perdieron aquel debate y fue finalmente Pedro Sánchez, líder de la segunda fuerza, quien consiguió el apoyo de las Cortes para gobernar. El plan de Junts pasa por dejar a los socialistas presentarse y poner de manifiesto que no tienen el apoyo del Parlament, aunque para ello necesitan que ERC no de su confianza a Illa, algo que ya están tratando de conseguir. El PSC sí confía, por contra, en amarrar los votos de los Comuns-Sumar, con quienes tienen ciertas diferencias en materia infraestructural -el Hard Rock o el aeropuerto son claros ejemplos de ello-. Ya están emplazados para reunirse, no obstante, la próxima semana; y ambos están dispuestos a alcanzar un acuerdo pese a que Jéssica Albiach, candidata de la formación, insista en que esto sirva para «impulsar políticas verdaderamente de izquierdas», con la vivienda como principal bastión.

En esta línea, sólo con los votos de ERC la investidura de Illa podría salir adelante. Los republicanos, no obstante, no están todavía en este debate: los últimos días en el seno de la formación han sido complejos y por el momento, tras la «dimisión» de Oriol Junqueras, el presidente del partido, y la renuncia de Pere Aragonès, todavía presidente en funciones de la Generalitat, no se plantean ninguno de estos escenarios. ERC, sin embargo, será la clave de todo. Si deciden apoyar, por contra, a Carles Puigdemont, Junts se presentaría en un debate investidura con más apoyos de los reunidos entre PSC y comunes, sin mayoría absoluta, no obstante. Este sería, dada la situación, el escenario deseado por Junts, que vendría entonces a presionar al PSC para que se abstuviera, algo que el propio Pedro Sánchez ha rechazado de forma contundente aún a sabiendas de que su Gobierno nacional depende de los votos de Junts. Con ERC como árbitro, sin una decisión tomada y con el miedo de una repetición electoral que podría ahondar en la crisis del partido, el PSC se planta: no facilitará, ocurra lo que ocurra, un Govern de Junts. Pretenden así convencer a los republicanos de que apoyen a Illa y evitarles así las urnas.