Cataluña
Cataluña se aferra al tesoro de Sijena
El conseller de Presidencia, Jordi Turull, ha dicho que no se dan los “requisitos jurídicos y físicos”
La Generalitat desoye la sentencia judicial que le obliga, como ya sucediera hace un año, a devolver cuarenta y cuatro piezas correspondientes a pinturas murales de alto valor patrimonial al monasterio oscense.
Llueve sobre mojado en el «caso Sijena». Al igual que viene sucediendo desde hace dos años, la Generalitat vuelve a enrocarse en su negativa a devolver íntegros los tesoros del monasterio oscense de Santa María de Sijena, a pesar de los constantes requerimientos judiciales. El Govern tiene de plazo hasta el 31 de julio para ejecutar el regreso de las 44 pinturas murales, de incalculable valor patrimonial –que se conservan en el Museo de Lérida–, a este edificio histórico de Aragón, pero ayer mismo el portavoz del Govern, Jordi Turull, anunciaba que las pinturas se mantendrán en Cataluña. Faltan, asegura, «requisitos jurídicos y físicos» para cumplir con el auto del Juzgado de Primera Instancia 2 de Huesca y el monasterio oscense «no reúne condiciones» físicas idóneas para el traslado, algo que desde Aragón se mira con «indignación». Para Arturo Aliaga, presidente del Partido Aragonés (PAR), la Generalitat actúa con «prepotencia y chulería». «¿Qué pensarían ellos si alemanes, franceses y otros españoles fueran allí e incumplieran sus leyes?», se preguntó en una entrevista con Europa Press.
El «caso Sijena» va camino de convertirse en culebrón. Ya el verano pasado, fuera del plazo judicial establecido, la Generalitat accedió a trasladar piezas del monasterio depositadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Pero estos 53 objetos son, por así decirlo, «el chocolate del loro» del tesoro de Sijena. Las piezas estaban almacenadas en el centro y nunca habían sido expuestas por su «escaso valor artístico», según reconoció hace un año Neus Munté, ex portavoz de la Generalitat. Ante la cuestión de las pinturas murales, el Govern se cerró en banda. Y esa «oposición rotunda» –por usar las palabras del consejero de Cultura, Santi Vila, en noviembre de 2016 ante el fallo que obligaba a la devolución de los frescos– sigue siendo la política de la Generalitat ante este litigio. «Un desprecio a las leyes y al Estado de Derecho», según el PAR.
La Generalitat alega ante el Juzgado de Primera Instancia 1 de Huesca que las 44 obras «están en poder» del Consorci Museu de Lleida Dioces i Comarcal. En un escrito, asegura no disponer de su posesión inmediata, ya que «están en poder de terceras personas, que son poseedoras de buena fe de los bienes litigiosos». Todo ello a pesar de que las reclamaciones del tesoro completo de Sijena, con varios pronunciamientos judiciales y un fallo del Tribunal Supremo contra la MNAC, arrancaron en 2015. En cualquier caso, la desestimación por parte de la juez María del Carmen Aznar de las alegaciones de la Generalitat, obligarían a la institución a devolver las pinturas antes del 31 de julio. La magistrada recuerda que la Constitución Española «impone el deber de cumplimiento de las resoluciones judiciales y el de colaboración en su ejecución».
Pero, ante la probable negativa de la administración catalana, el Gobierno aragonés anuncia que hoy mismo pedirá a la jueza que autorice la entrada en el Museo de Lérida de técnicos de Aragón, junto con la brigada de Patrimonio de la Policía Nacional o la análoga de la Guardia Civil, para incautarlos judicialmente. El origen del litigio hay que buscarlo entre 1982 y 1994, cuando las hermanas de la Orden de Malta, propietarias del monasterio, vendieron las noventa y siete piezas implicadas al Gobierno catalán.
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