Barcelona

El legado arquitectónico de Gaudí seduce al cómic japonés

El legado arquitectónico de Gaudí seduce al cómic japonés
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Takehiko Inoue es conocido por ser uno de los más importantes autores de comics manga. Títulos como «Slam Dunk» o «Vagabond» están considerados como referentes para los lectores habituales de este género. Sin embargo, el nuevo trabajo de Inoue poco tiene que ver con lo hecho hasta ahora. A la manera de un cuaderno de viaje, el dibujante nos propone una aproximación a uno de sus artistas favoritos: Antoni Gaudí. El resultado de todo ese proceso se llama «Pepita», un libro que publicará en los próximos días Planeta DeAgostini.

El volumen, una aproximación al arquitecto modernista desde la sensibilidad nipona, recoge impresiones y paisajes anotados durante la visita del «mangaka» a Barcelona. Ese viaje le sirvió, como escribe en el volumen, para entender «por fin esa modestia, esa humildad que se desprende de la obra de Gaudí. Me atrevo a utilizar el término "Dios". Mi postulado es que todas las creaciones de Dios están en un pie de igualdad, dignas todas del mismo respeto. También el hombre es una entre ellas. Pero en las creaciones del hombre, cuántos errores, cuántos excesos....».

La mirada de Inoue se fija en el detalle pequeño. Eso es lo que explica que el libro tenga ese título porque con él se refiere a Josefa Moreu, la que fuera fallida obsesión amorosa del artista.

Inoue visita buena parte de los edificios gaudinianos, sintiendo una especial fascinación por la Sagrada Familia y la Casa Milà. Pero en este recorrido tiene también la oportunidad de conocer a los numerosos artesanos que siguen de cerca la estela del arquitecto: desde el jefe de obras del templo modernista barcelonés hasta el responsable de las maquetas, sin olvidar al encargado de todo el aparato escultórico. El punto culminate en este terreno llega cuando el propio Inoue escribe uno de los mensajes para Dios que se incluyen en la puerta de la Fachada de la Pasión de la Sagrada Familia.

Las pesquisas del dibujante de manga le llevan también hasta Riudoms y Reus, las dos poblaciones tan íntimamente ligadas con la infancia de Gaudí. Para el japonés, este hecho es importante porque «para mí, el mejor medio para aprender a conocer verdaderamente a alguien es seguir sus pasos».

En las páginas de «Pepita» se unen las fotografías del paso del artista con los dibujos en los que combina los apuntes del natural con la recreación del paso del niño Antoni Gaudí por esos parajes trascendentales. Por ello, el autor también visita las montañas de Montserrat, donde descubre que la naturaleza es uno de los ejes fundamentales para comprender la manera de trabajar gaudiniana. Eso también le provoca un impulso para dibujar del natural el paisaje que se divisa desde el monasterio, tratando de ponerse en la piel de quien tanto admira.

El volumen se acompaña de un DVD en el que podemos seguir el diario filmado del japonés por los sitios que forman parte de la georgrafía gaudiniana en Cataluña, desde Barcelona a los archivos de Puigcerdà, donde el arquitecto escribió su testamento. Tampoco faltan las entrevistas con especialistas o artesanos con los que se el dibujante transmite su admiración por Gaudí.