Historia

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Encants, entre lo nuevo y lo viejo

Clientes en los Encants, ayer, en el espacio que ya no volverá a acoger al mítico mercado
Clientes en los Encants, ayer, en el espacio que ya no volverá a acoger al mítico mercadolarazon

La Fira de Bellcaire, más conocida como los Encants Vells de la plaza de les Glòries de Barcelona, una de las instituciones históricas de la ciudad, cerró ayer sus puertas tras casi un siglo de funcionamiento. El mercado en la calle Dos de Mayo, uno de los más viejos de Europa y nacido en 1928, conocerá a partir del próximo miércoles una nueva etapa con el traslado a un nuevo espacio situado en la confluencia de la calle Castillejos y la avenida Meridiana. Se trata de una ambiciosa iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona, iniciada hace un lustro y que tiene como principal eje la renovación total de las Glòries.

El proyecto arquitectónico lo firma Fermín Vázquez quien ha ideado el nuevo mercado a la manera de una gran plaza pública y abierta en la que se aprovechan los diferentes desniveles de sus calles. De esta manera se han creado rampas ligeramente inclinadas donde se han situado las nuevas paradas.

Goteras al inicio

Pero los Encants Nous nacen con algo de retraso. El pasado mes de junio, a solamente diez días de su inauguración, unas fuertes lluvias provocaron una enorme gotera en la cubierta de unas instalaciones que han costado 57 millones de euros. Sin embargo, ayer, el teniente de alcalde Antoni Vives restó importancia a un incidente ya subsanado. «Se ha trabajado tal y como estaba previsto y se han llevado a cabo las reformas arquitectónicas provocadas por la lluvia. En aquel momento se puso a prueba una obra que no estaba acabada», declaró Vives.

Los Encants acogen en la actualidad a algo más de 90.000 personas que compran semanalmente en lo que parece un almacén de los prodigios. Allí se puede encontrar de todo, sin ningún límite. El mercado, que abre sus puertas lunes, miércoles, viernes y sábado es una caja de sorpresas donde pueden aparecer primeras ediciones o libros firmados, así como cuadros –alguna vez incluso originales de grandes nombres–, muebles, ropa de segunda, tercera o cuarta mano e incluso restos de atrezzo teatral. En definitiva, restos de stock que en muchas ocasiones rozan lo insólito. Eso hace que la clientela sea tan variada como la oferta. En su nuevo espacio se espera atraer a nuevos clientes gracias además a la ampliación horaria hasta las 20.00 horas. La instalación de un aparcamiento también ayudará. Las cifras de facturación que en la actualidad tienen los Encants, unos 35 millones de euros anualmente, invitan a ser optimista.

Eso mismo piensa el presidente de la Asociación de Comerciantes de los Encants, Diego Escámez, quien apuntaba ayer a este diario que «el futuro es esto, poder trasladarno a un nuevo lugar. Teníamos esta reivindicación y el traslado permite confirmar que 300 familias sigan trabajando en los Encants y tengan un futuro». Escámez, sin embargo, reconoció que «al inicio siempre se cuestiona un sitio, pero aquí estaremos muy bien y, de hecho, vienen casi todos los comerciantes que han estado en los viejos encants, con la excepción de los que han decidido jubilarse».

Desde hace semanas, muchos comerciantes han empezado a realizar la mudanza de manera escalonada. En estos cuatro días en los que Barcelona no tendrá Encants, hasta la inauguración oficial del miércoles, se acabaran de montar los 283 negocios. La subasta, probablemente la actividad más famosa de este mercado, se seguirá llevando a cabo, ahora en un espacio delimitado de 18 metros cuadrados, sobre la superficie de la plaza de la nueva instalación. De esta manera, los nuevos Encants reducen de 51 a 40 los lugares destinados a esta actividad.

Ayer, en los Encants de siempre, los que han funcionado ininterrumpidamente desde 1928, se respiraba un ambiente especial en el que se mezclaba el «hasta luego» con el «hasta siempre». Clientes de toda la vida reconocían que echarán de menos lo que ha sido un foco de actividad comercial. «No será lo mismo», apuntaba Ramiro, un viejo cliente «de los de toda la vida. Aquí vengo siempre que puedo y siempre me llevo algo para casa porque los precios están muy bien para la época en la que estamos. Me da algo de pena, aunque creo que esto fue provisional». Y así es. El mercado llegó aquí con motivo de la inminente celebración de la Exposición Universal de Barcelona, en 1929, cuando los comerciantes tuvieron que dejar el espacio que ocupaban en Sant antoni. Hasta ahora, el espacio situado en Dos de Mayo, ha tenido la consideración jurídica de mercado provisional por parte del Ayuntamiento.

Entre los comerciantes de los Encants hay división de sentimientos. Uno de ellos le recordaba a LA RAZÓN que «se perderá el ambiente, aunque es verdad que estaremos más cómodos. Se convertirá en un centro comercial, mucho más frío, sin la calidez y cercanía que hemos disfrutado aquí». En este sentido, cree que «en estos Encants ya tenemos consolidada una clientela, aunque puede ser que ahora venga nueva. Esperaremos. pero soy excéptico». No es tan negativa la apreciación del responsable de Ramon Mobles que dijo a este diario que «este cambio es muy positivo. La mayoría de comercios nos vamos y saldremos adelante porque esto asegura la supervivencia de muchas familias». Pese a que el retraso de la inauguración fue «una decepción para muchos», cree que el próximo miércoles «ganaremos mucho. Fíjese si lo veo así que la mudanza la hemos previsto como si fuera una fiesta familiar».

Ayer los clientes seguían entrando y saliendo de los viejos Encants, curioseando entre libros que algún día formaron parte de una biblioteca ya inexistente. Son los mismos que también tenían la oportunidad de encontrar algún tesoro propio de un coleccionista en una montaña de vinilos. Es el mercado en el que siempre ha sido posible por unos euros llevarse de todo. A partir del miércoles renacerán en plena modernidad.