Encuesta electoral
Encuesta: ERC vence y el PSC de Iceta «sorpassa» a Ciudadanos
Los dos partidos que vencieron en los últimos comicios catalanes, Cs y JxC, perderían once y nueve diputados, respectivamente, si hay adelanto electoral
Los dos partidos que vencieron en los últimos comicios catalanes, Cs y JxC, perderían once y nueve diputados, respectivamente, si hay adelanto electoral.
Dos años después del referéndum y de las elecciones de 2017, el mapa político catalán ha cambiado de forma exponencial, y todavía no se puede valorar el impacto que tendrá la sentencia del juicio del 1-0 en el comportamiento electoral. Sin embargo, a pesar de no haberse hecho pública la sentencia, el electorado está tomando una posición que castiga a los partidos vencedores en el 2017, mantiene los bloques –67 independentistas, 61 constitucionalistas, y 7 los Comunes–, y sigue abriendo la posibilidad de un acuerdo que supere la dinámica de bloques. ERC, PSC y Comunes se consolida como mayoría alternativa sumando 74 diputados.
Si ahora se celebraran elecciones autonómicas, los dos partidos que ganaron esas elecciones pierden veinte diputados. Ni Junts per Catalunya, con Carles Puigdemont a la cabeza y Joaquim Torra en la presidencia, sería la fuerza más votada entre los independentistas, ni Ciudadanos entre los constitucionalistas. ERC se convertiría en la primera fuerza con 39 diputados y el 24% del voto, seguida del PSC con el 19,9% del voto y 28 diputados, 11 más que los actuales, que consumarían el sorpaso a Ciudadanos. Junts per Catalunya perdería, nada más y nada menos que 11 diputados y los naranjas 9, o lo que es lo mismo ambas formaciones no obtendrían el apoyo de 350.000 electores de 2017.
Para paliar esta situación, Ciudadanos presenta una moción de censura a Joaquin Torra. Necesitan dar a conocer a su líder, Lorena Roldán, que asume el mando del partido tras la marcha de ocho dirigentes en menos de 4 años, y detener la sangría de 181.000 mil votantes que votarían a los socialistas catalanes, y al PP y VOX, dónde los naranjas se dejan casi 100.000 votantes. La candidata Roldán se la juega. Sabe de antemano que no podrá sumar la mayoría necesaria para ganar la moción de censura, pero también sabe que debe salir a ganar para recuperar la iniciativa perdida y par intentar dar la vuelta a la caída libre en la que está inmersa su formación que se dejaría en unos nuevos comicios 9 diputados.
El PSC consolida su ascenso y en esta encuesta supera, por primera vez a Cs, situándose como primera fuerza constitucionalista. Los socialistas de Miquel Iceta se nutren de votos naranjas, pero también de Comunes –10,4%– y de ERC –5,1%–. El PP mejora ligeramente sus resultados, aunque tiene desmovilizado a más del 11% de su electorado.
En el ámbito independentista, Junts per Catalunya se hunde y pierde 11 diputados. En la otra cara de la moneda, la ERC de Oriol Junqueras que con un discurso pragmático alejado de la unilateralidad, muy atacado en redes sociales por sus adversarios que los califican de traidores, se está consolidando como la primera fuerza independentista ganando 7 diputados más y 949.000 votos. JxC pierde en manos de ERC casi el 20% de sus votantes de 2017 y otros tantos se refugian en la abstención. La CUP aumentaría su representación, pero también su electorado está en horas bajas. Un 16,4% afirman que se abstendrán en las próximas elecciones.
Tanto JxC como la CUP mantienen un alto nivel de crispación dialéctica con el Estado e incentivan el activismo de los CDR y la ANC. Sin embargo, la poca efectividad de sus acciones parece que «frustra» a su electorado.
Los Comunes de Ada Colau siguen perdiendo votantes –más de cien mil– y se dejarán un diputado. Los fugados recalan en el PSC, ERC y en la abstención. Jèssica Albiach se perfila como la candidata de una formación que no levanta cabeza.
A la mala salud de la derecha independentista y constitucionalista que queda maltrecha en una más que posible contienda electoral avanzada, se contrapone la salud de hierro de la izquierda. ERC, PSC y Comunes han impuesto el discurso medido y que trata de favorecer el diálogo, frente al radical discurso nacionalista, tanto español como catalán, que necesita de la confrontación para mantener viva su alternativa. Un adelanto electoral podría poner en valor esta posibilidad. Los números la consolidan sondeo tras sondeo.
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