Cataluña

por el «caso Pujol»

Artur Mas, durante la conferencia-coloquio que ha ofrecido hoy en el ciclo "El Moment Zero".
Artur Mas, durante la conferencia-coloquio que ha ofrecido hoy en el ciclo "El Moment Zero".larazon

Los escándalos de corrupción en Convergència obligarán finalmente a Artur Mas a comparecer ante el Parlament.

Los escándalos de corrupción en Convergència obligarán finalmente a Artur Mas a comparecer ante el Parlament. El presidente de la Generalitat había esquivado hasta ahora las peticiones de la oposición gracias al apoyo de ERC, pero los republicanos ya habían advertido de que su apoyo tenía fecha de caducidad. Después de publicarse anteayer una parte del sumario del «caso ITV» que desvela que Oriol Pujol medió para reunir a varios empresarios con el presidente de la Generalitat, ERC puso punto final a la cobertura. El partido de Oriol Junqueras, que había impedido en cuatro ocasiones que el Parlament citara a Mas, se unió ayer a los partidos de la oposición (PSC, PP, ICV, C’s y CUP) y, en consecuencia, quedó aprobada la comparecencia del president en el marco de la comisión que investiga el «caso Pujol». Ahora falta por conocer el día.

Mas aprovechó el revuelo de ayer para avanzar cuál será su línea de defensa. Es su «obligación y responsabilidad», dijo, realizar los contactos necesarios para mantener la actividad industrial en Cataluña y los puestos de trabajo que genera. El president ofreció esta explicación ante las suspicacias que han levantado una serie de mensajes que Oriol Pujol envió al empresario Sergi Alsina en relación, por ejemplo, a la deslocalización de Yamaha. «Yo le diré: «Mira, president sólo que hagas esta llamada y digas esto...”», dice uno de ellos.

Alsina asesoraba por entonces a empresas como Yamaha, Sharp y Sony y la sospecha es que Oriol Pujol cobró medio millón de euros de Alsina en comisiones a cambio de beneficiar los proyectos del empresario mediante su influencia política. Mas aseguró que ignora si alguien ha hecho «un uso privado» que puede ser ilegal de sus intervenciones y subrayó, en todo caso, que él presupone que cuando se le pide una mediación empresarial se hace con buena fe.

El presidente de la Generalitat era consciente de que, tarde o temprano, le iba a tocar comparecer y ésta es una de las razones por la que ha pactado con ERC que las llamadas elecciones plebiscitarias se celebren el 27 de septiembre. Los estrategas convergentes están convencidos de que en estos ocho meses hay tiempo suficiente para maquillar la imagen de Convergència o, cuando menos, para poner tierra de por medio entre el desfile del clan Pujol ante los tribunales y las elecciones autonómicas. También la comparecencia de Mas ante el Parlament quedará diluida, opinan.

La oposición, sin embargo, interá lo contrario. «Hemos sabido que, mientras muchos de nosotros tratábamos de evitar deslocalizaciones, había quien se lucraba con ellas», deploró el diputado de ERC, Oriol Amorós. El parlamentario del PP Sergio Santamaría censuró «la inmoralidad» de Oriol Pujol y consideró que si las explicaciones de Mas no son pertinentes debería dimitir.