Novela

Kiko Amat abre la caja de pandora de la crisis de los 40

El escritor se desdobla en un periodista en caída libre en su última novela. «ERES EL MEJOR, CIENFUEGOS». ANAGRAMA. 280 páginas. 17,90 euros

Kiko Amat y sus 40 años junto a su colección de discos
Kiko Amat y sus 40 años junto a su colección de discoslarazon

Hay dos cosas que nos atraen de un personaje, que sea exactamente como nosotros , o sea un héroe, o que sea exactamente lo contrario, es decir, un antihéroe. Esta postura es la de los que tienen una buena opinión de sí mismos y se puede invertir. Cienfuegos es un hombre que a los 40 años está en ese punto en que ya sabe que no va a ser un héroe, pero lo de ser antihéroe le suena a peste. Tiene 40 años y su vida no es como se la imaginaba. Nunca lo es, pero en su caso duele más. Sin embargo, hay que seguir adelante, ¿pero hacia dónde? ¿Qué tal si se construye de nuevo en héroe, diferente, sí, pero nada de anti? Esa será su difícil misión.

Humor y ternura

Kiko Amat vuelve a hablar sin tapujos sobre lo que queda de sí mismo en «Eres el mejor, Cienfuegos» (Anagrama), novela en que investiga la temida crisis de los 40 y le da una vuelta de tuerca para sacarla del estereotipo y acercarla a la realidad. «No es autobiográfica, pero sí me interesaba mezclar la crisis del personaje con un ambiente de crisis social y ver si esto ponía las cosas peores o se contrarrestaban entre sí», afirma el escritor, que con 41 años afirma que sufre esta crisis desde los 36. «Uno tiene que hundirse mucho antes de poder subir. Yo quería escribir la historia de una redención y Cienfuegos era el personaje ideal para, entre vergüenza, patetismo y ridículo, conseguir hacer creíble que, a veces, hasta es posible la salvación», asegura.

Con el 15-M como telón de fondo, Amat no abandona su «punch» y vuelve a apostar por el humor, pero con una pátina triste y un toque tierno, porque los chicos duros también tienen su corazoncito. «Mi única obsesión es no aburrir, y no pontificar, ese es el mejor elogio que se me puede hacer», asegura.

Los vértigos de la mediana edad literaria

Todo personaje literario suele estar en crisis, en cualquiera, pero la de la mediana edad ha dado mucho jugo en los últimos 50 años. Sólo hay que pensar en la serie de John Updike y su «Conejo», el típico hombre que va a comprar tabaco y ya no vuelve. Otro célebre y ejemplar es el Frank Bascome de «El periodista deportivo», de Richard Ford. A partir de aquí hay miles de grandes ejemplos, como el «Jernigan», de David Gates o la mejor de todas, el «Herzog» de Saul Bellow.