La asociación Watani reclama anular la prohibición del burka

Vuelve la polémica sobre el uso del burka. La asociación musulmana Watani, que siempre ha sido favorable a la presencia de esta prenda de vestir en Cataluña, anunció ayer que enviará instancias a diversos ayuntamientos para que anulen la prohibición de la entrada en los espacios públicos a mujeres que lleven el velo integral o burka.

A través de un comunicado, la asociación que recurrió la prohibición de entrar en los edificios municipales de Lleida y consiguió que el Tribunal Supremo anule esta prohibición, anuncia que pedirá a los ayuntamientos de Barcelona, Tarragona, Cunit, el Vendrell, Mollet del Vallès y Santa Coloma de Gramanet, y también el andaluz de Coín (Málaga), que anulen sus propias ordenanzas.

«Anulación positiva»

Watani valoró positivamente «la anulación de la prohibición del velo integral en España en general, y en particular en Cataluña», y también la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de rechazar la ubicación de un centro de culto en el polígono en industrial de Lleida, mediante otra sentencia que también se ha conocido recientemente. «No tenemos ninguna duda de que tenemos en España el elemento básico para garantizar la independencia del poder judicial», señaló esta asociación islámica.

Por otro lado, Watani informó que la entidad reclamó al Ayuntamiento de Lleida la elaboración de un plan de equipamientos religiosos para la ciudad, «designando para los centros de culto emplazamientos adecuados, dignos, bien comunicados, y con los servicios necesarios».

Asimismo, solicitaron a la Generalitat la creación de un comité de investigación para saber «en qué medida se aplica la Ley de centros de cultos aprobada el 22 de julio 2009, en particular en Lleida».

En 2011, el TSJC estableció que el Consistorio de Lleida es competente en materia sancionadora, por lo que reconoció su capacidad de multar a aquellas personas que, incumpliendo la normativa, accedan a espacios públicos con el rostro tapado. Lleida se convirtió en 2010 en la primera ciudad española en vetar la utilización del velo islámico en los edificios municipales, una medida que posteriormente fue secundada por otros consistorios, entre ellos el de Barcelona. El TSJC avaló la actitud de Lleida.