Cataluña

La CUP, «linchada» por Podemos y Colau

Los anticapitalistas lamentan en una carta firmada por sus 10 diputados el trato político que el resto de fuerzas de izquierdas les dispensa

La CUP se enzarza con Catalunya Sí Que Es Pot por el mismo espacio político
La CUP se enzarza con Catalunya Sí Que Es Pot por el mismo espacio políticolarazon

Luchan por un mismo espacio político, que ha multiplicado sus adeptos en los últimos años. La CUP y Catalunya Sí Que Es Pot han sido los grandes beneficiarios de las transformaciones políticas, traduciéndolo en grandes hitos electorales. La CUP alcanzó los 10 diputados en las elecciones catalanas del 27 de septiembre. En Comú Podem –integrada por Podem, ICV, EUiA, Equo y Barcelona en Comú–, que en un futuro podría comerse a Catalunya Sí Que Es Pot –integrada por ICV, Podem, Equo y EUiA–, ganó las elecciones generales en Cataluña con 12 escaños, cuatro más que ERC, que acabó en segundo lugar.

Ante el inédito paisaje político que se ha formado en Cataluña, una aparente complicidad entre ambas formaciones había esfumado cualquier posibilidad de tensión en ese terreno político. Si bien, este paradigma parece haberse quebrado. La CUP envió ayer una carta al grupo parlamentario de Catalunya Sí Que Es Pot en la que manifestaba una preocupación creciente por su «conducta» y le acusa de un «linchamiento político» al que le está sometiendo en las últimas semanas. «Nosotros no os hemos visto nunca como enemigos políticos ni como enemigo a abatir, ni tan solo como rivales», expresa la misiva, en la que reclaman abrir vías de comunicación para la defensa de los objetivos comunes: «Siempre hemos entendido que podríamos tirar adelante luchas de forma conjunta», dicen.

Hasta el momento, el sosiego en este espacio político era natural. No obstante, desde hace tiempo viene sonando con más fuerza la posibilidad del nacimiento de un proyecto político de escala autonómica en torno a la figura de Ada Colau. En el seno de este proyecto, sí se atisba la aparición de tensiones por el mismo electorado. Así, se ha dado un nuevo episodio de «#pressingCup»: El anterior se movió en el eje soberanista, éste en el eje político.

Pese al alto grado de reprimenda de la carta, en su contenido y sus formas, también hubo espacio para tratar de rehabilitar los puentes entre ambas formaciones. «Os proponemos trabajar codo con codo en la construcción de alternativas», ofreció la CUP. Pero la diputada de la coalición de izquierdas, Marta Ribas, afeó que aborde la cuestión por carta y no «cara a cara» y focalizó el problema «en la estrategia política» y no en la comunicación . Como ejemplos, el apoyo de la CUP a la investidura de un presidente de CDC, en la prórroga de los Presupuestos de la Generalitat o «en la privatización de ATLL».

La CUP reprochó a podemitas, colauistas y ecosocialistas en la carta: «Nos resulta decepcionante la fórmula que habéis elegido para relacionaros con nosotros y esta sensación de linchamiento en las redes y en el propio Parlament que estamos sintiendo sobre nosotros estos días». Si bien, el proyecto de Colau, de cruzar la Plaza Sant Jaume del Ayuntamiento al Palau de la Generalitat, sobrevuela. Y todo apunta, así lo señalan algunos analistas, que la bolsa de votos metropolitana que atesora la CUP podría adherirse a Colau.

En relación al hipotético transfondo de las actuaciones de Catalunya Sí Que Es Pot, la CUP ya expresó su respuesta en la misiva. «Todo esto puede dar cuatro votos pero no servirá para que nuestra gente viva mejor ni servirá tampoco para que las personas que luchan se sientan más apoyadas», rezaba la carta.