Barcelona

«La de 1843 es la etapa más desconocida de la historia de Barcelona»

Entrevista al escritor Xavier Theros. Su debut en la narrativa de ficción con «La fada negra» le ha permitido alzarse con el Premi Josep Pla

El escritor Xavier Theros
El escritor Xavier Theroslarazon

Entrevista al escritor Xavier Theros. Su debut en la narrativa de ficción con «La fada negra» le ha permitido alzarse con el Premi Josep Pla, una novela que invita a conocer una parte muy desconocida de la historia de Barcelona en el siglo XIX.

–Imagino que no sospecharía que un estreno literario podía empezar tan bien, como ha sido su caso ganando el Josep Pla.

–No, ni en mis mejores alucinaciones pensaba en algo así. En un principio esta novela tenía como objetivo que podía ser capaz de acabar una novela. Este era mi tercer intento, porque las otras dos historias en las que había trabajado anteriormente no llegó a concluirlas. La idea de presentarme al premio fue posterior.

–¿Esas otras dos novelas anteriores las guarda en un cajón?

–Esas otras dos novelas, una ya no existe y la otra quedará borrada intencionadamente en breve para que nadie la encuentre.

– ¿Cómo nace la idea de escribir una historia que transcurra en la Barcelona tan concreta de 1843?

–No nace de una manera muy reconocible. Hay una serie de fases. La primera ya comenzó hace muchos años cuando descubro que hubo en Barcelona una revuelta como la Jamancia y me comienzo a interesar de una manera muy intuitiva, nunca con la idea de acabar escribiendo una novela. Recopilé información y como cronista de Barcelona me interesé por esa etapa, probablemente el periodo menos conocido de la historia de esta ciudad. El argumento tuvo una evolución aparte, imaginando una historia de crímenes en una ciudad claustrofóbica, sucia... Cuando pensé en qué ciudad podría suceder eso me vino a la mente la historia de la Jamancia. Fue la suma de las dos cosas.

–¿Por qué considera que es tan desconocida esta parte de la historia de Barcelona?

–Supongo que es algo que le sucede a todas las ciudades. Es decir, hay periodos que la gente los recuerda mucho y se tienen muy claros, mientras existen otros que se te escapan. Esto es algo que le pasa mucho a Barcelona, con episodios no muy conocidos por el público y que han generado muy poca investigación. Eso fue algo que me sucedió cuando saqué mi libro sobre la Sexta Flota, un periodo que había durado cuarenta años y había dado muchas novedades a la ciudad, pero sin nada publicado. Cuando hablabas con según quién había una sensación de vergüenza, como si nosotros hubiéramos sido como Marruecos o Senegal de hoy en día, con los americanos llegando como si vinieran del planeta Venus. Aquí, con la Jamancia, ha pasado lo mismo, sin ningún interés por parte de la historiografía local. En el caso del bombardeo de tres meses que siguió la cosa es más sangrante. Unos meses antes había tenido lugar el bombardeo de Espartero y que ha sido recordado por todos, pese a que solamente dura una noche. Pero si comparamos el nivel de destrozos y víctimas entre uno que dura una noche y otro tres meses es ridículo. Supongo que en el caso de 1842 era muy fácil identificar al malo, es decir, a Espartero, un señor que aquí no tenía ninguna simpatía y que ha pasado a la historia por decir, aunque puede que la frase fuera apócrifa, que para que España vaya bien hay que bombardear Barcelona cada cincuenta años.

–¿Cómo fue el inicio de ese bombardeo de 1843, el telón de fondo de su novela «La fada negra»?

–A diferencia del caso de Espartero, aquí hubo varios militares implicados. No hubo una orden por escrito y todo fue improvisado, empezando de una manera caótica. Con la mentalidad popular es mucho más difícil encontrar quién es el bueno o el malo. En la Jamancia es como si cada uno de los combatientes hubiera salido a luchar por una cosa diferente.

–¿Tuvo la Jamancia alguna réplica fuera de Barcelona?

–Sí, tanto en el resto de Cataluña como en algunos lugares de España, como en Zaragoza mismo. De hecho, en el Empordà se levantaron en armas y en aquella época se proclama por primera vez la república. Hubo un ejército procedente del Empordà, dirigiro por el general Ametller, que salió para liberar Barcelona. Lo que pasa es que la historia en sí se concentra en Barcelona porque en el resto del país estos pequeños ejércitos de voluntarios eran fácilmente eliminados, finalmente arrinconándolos hasta la fortaleza del castillo de Sant Ferran, en Figueres. Pero es que aquí participaron personajes como Josep Anselm Clavé, quien es uno de los participantes en la toma de la Ciutadella y que acabará en la cárcel. Será entre rejas que pensará en crear una coral. Es curioso porque en casa tengo varias biografías de Clavé y ninguna habla de la Jamancia, pese a que en 1843 iba con fusil e intentaba asaltar la Ciutadella.

–¿No es una novela histórica?

–No, es una novela negra donde el fondo es este bombardeo.

–¿Cómo es el protagonista de su novela?

–Llàtzer Llampades es un personaje ficticio. Llega a Barcelona muy joven donde se alista como grumete y viaja hasta Cuba. Allí se convierte en capitán de la marina mercante y se casa con la hija pequeño de un naviero. Sin embargo, tiene un naufragio muy complicado –que se explica a lo largo de la novela– y eso hará que en un juicio se le expulse de la Marina. Tiene fama de gafe, lo que provoca que se pase dos años perdido en Cuba en los que ningún barco lo quiere traer de vuelta a España porque da mala suerte. Cuando consigue regresar ya ha estallado en España la guerra carlista donde lucha. En 1843, está instalado en Barcelona, en una casa de huéspedes de la calle Hospital y en el barrio lo conocen como «el Capitán». Con el estallido de la revolución y la policía se ha marchado de la ciudad, los revolucionarios lo cogen para que sea policía. Tiene tendencia al alcohol y en el transcurso de la novela también descubre el opio.

–Investiga unos crímenes en las páginas del libro.

–Sí, de niños. Durante la verbena de Sant Joan de 1843, descubre que hay un hombre que está asesinando niños. Empieza a investigar un caso para la que no estaba preparado.