Cataluña

Cruzada independentista contra la Guardia Civil antes de la sentencia

La Generalitat exige el cese del jefe del instituto armado en Cataluña por su discurso del día de la patrona del cuerpo, en el que Pedro Garrido esgrimió «ho tornarem a fer».

Pedro Garrido durante su discurso
Pedro Garrido durante su discursolarazon

La Generalitat exige el cese del jefe del instituto armado en Cataluña por su discurso del día de la patrona del cuerpo, en el que Pedro Garrido esgrimió «ho tornarem a fer».

El polémico discurso del jefe de la Guardia Civil en Cataluña, Pedro Garrido, provocó ayer todo tipo de reacciones, tanto políticas como policiales. Las más virulentas fueron desde las filas independentistas.

Garrido, en su discurso durante la festividad de la patrona del cuerpo, tuvo palabras contundentes contra el independentismo, lo que finalmente provocó que mandos de los Mossos y de la conselleria de Interior abandonasen el acto.

Por la tarde, la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, se reunió con la cúpula de los Mossos para intentar apaciguar los ánimos de un cuerpo policial al que no le gustó unas supuestas referencias al mayor Josep Lluís Trapero en el discurso de Garrido, que dijo, en referencia al lema del preso Jordi Cuixart, que «ho tornarem a fer».

Fueron muchas las reacciones, que básicamente significaron una especie de cruzada independentista contra la Guardia Civil. La más importante llegó de parte del ejecutivo catalán envió una carta a la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, para exigir la destitución de Garrido, por su discurso.

Garrido fue contundente contra el independentismo, y, tomando uno de los lemas del independentismo, avisó de que «ho tornarem a fer», en una advertencia ante la respuesta que está preparando el separatismo tras la sentencia, que se publicará entre el lunes y el martes.

Para la Generalitat, después de que mandos de Mossos y de la conselleria de Interior abandonasen el acto por estas palabras, las declaraciones suponen un «agravio» y una «ofensa» que causaron «malestar».

Concretamente, el Govern muestra en su carta su «profundo malestar» por las palabras de Garrido. La misiva recuerda que «se puso en duda la validez de casi 17.000 agentes de los Mossos d’Esquadra», lo que «también significa una ofensa para el pueblo catalán». Añade que del máximo mando de la Guardia Civil se espera «neutralidad fuera de duda en el marco de sus competencias, y un respeto hacia sus homólogos de los Mossos d’Esquadra».

Añade la carta que se «socaba la relación entre ambos cuerpos, que debería basarse en la confianza mutua con el objetivo de garantizar la seguridad». Denuncia la misiva que «no se respetó escrupolosamente la presunción de inocencia de procesos judiciales aún abiertos», en referencia al mayor de la Policía Autonómica Josep Lluís Trapero. Por lo tanto, y a las puertas de la sentencia, la Generalitat exige el «cese inmediato» de Garrido.

Por su parte, el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, acusó a la Guardia Civil de posicionarse políticamente, y calificó de «vergüenza» las palabras de Garrido. En la misma línea JxCat.

La portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, tachó de «insólito» que Cunillera, «se vea obligada a pedir perdón a los mandos de Mossos» por el discurso de Garrido. Además, la popular calificó de «impecable» las palabras del cargo de la Guardia Civil.