Ciencia

«La gente se apega menos a lo material y es más consciente de la espiritualidad»

Karen Berg, directora del Centro de Kabbalah: «No necesitamos cambiar el mundo, sino a nosotros y así cambiaremos el mundo»

Karen Berg, directora del Centro de Kabbalah
Karen Berg, directora del Centro de Kabbalahlarazon

Karen Berg, directora del Centro de Kabbalah: «No necesitamos cambiar el mundo, sino a nosotros y así cambiaremos el mundo»

– ¿Qué es la Kabbalah?

– La palabra Kabbalah significa recibir y la idea de Kabbalah como nosotros la enseñamos es cómo encontrar plenitud en nuestra vida a través de las cosas que nos están pasando a nivel espiritual y para llegar ahí están herramientas que usamos en Kabbalah.

– ¿Cuáles son sus principios?

-El concepto principal es que el Creador es bueno y todo lo que hace es para beneficiar a los seres humanos y la pregunta es entonces de dónde viene la negatividad, la maldad, y la respuesta es que al principio el Creador creó la vasija con el fin de compartir su luz, su infinita beneficencia, pero lo que pasó es que esta vasija tenía esta chispa divina dentro, como cuando miras unas pintura y en ella se transmite una parte del artista, y no puedo existir más que recibiendo y necesito la oportunidad y reto a la vez de crear y merecer lo que estoy recibiendo. Así, cuando la vasija primigenia dijo yo no sólo quiero recibir, necesito merecer, la luz salió, se apartó, toda esta plenitud anterior desembocó en un vació en esa vasija, la luz se ocultó y se sintió el vacío. Nuestro trabajo en este mundo es traer esta espiritualidad como nosotros la recibimos en el momento de la creación, en su estado primigenio. Primera lección: la luz es absolutamente buena, nosotros estamos aquí para ser retados para merecer a nivel espiritual todo lo que recibimos. Este crecimiento espiritual nos permitirá entender qué hacemos en este mundo y al final poder transmitir esta energía y compartirla hacia fuera.

– Habla de merecer lo que recibimos. ¿Qué ha de hacer uno para merecer?

– La mayoría de la gente nace con un deseo particular como conseguir fama, ser rico, ser amado...Nuestro trabajo es recibir estos regalos y entender que aunque los trabajamos y los creamos, fueron entregados a nosotros para nuestro trabajo, para ver qué vamos a hacer con eso en el mundo. Por ejemplo, si eres una persona soltera, ¿qué puedes aportar al mundo? En lugar de ser infeliz, puedo mostrar misericordia y compasión, en lugar de ser cínico puedo tener amor y éste es nuestro trabajo, entendiendo lo que somos. ¿Qué voy a hacer con mis dones y bendiciones? ¿Usarlos para mí mismo o compartirlos?

– Dice que con esta espiritualidad se puede llegar a entender el motivo de la vida, de la muerte. ¿Cuáles son esos motivos?

– El propósito espiritual en nuestra vida es ser retados y ser capaces de superar estos retos a través de despertar esta energía interna y darnos cuenta de que podemos crecer con estos desafíos y haciéndolo encontramos plenitud, que es diferente a la plenitud material. Así, un recién nacido tiene un acto reflejo, natural, de cerrar las manos, lo que significa que ese niño tiene el deseo de recibir cuando nace, pero cuando la persona muere, sus manos se abren, lo que es un símbolo de que yo hice todo el trabajo de recibir para mí, he aprendido que no se trata sólo de mí sino que somos nosotros. La redención son estas almas que terminaron este proceso y llevan esta chispa hacia el creador. No necesitamos cambiar el mundo, sino que necesitamos cambiarnos a nosotros mismos y así cambiaremos el mundo.

– ¿El fin último que promulga la Kabbalah es la paz mundial?

– Nosotros sólo decimos que el camino es crear una conciencia colectiva, que nuestras acciones no sólo nos afectan a nosotros, sino a todo el mundo. Hemos de entender que Dios no nos castiga, sino que es la humanidad que está produciendo el mal.

– Ustedes aseguran que no se trata de una religión, pero hablan de un Creador, se basan en unas escrituras, la Kabbalah proviene del judaísmo, tienen una simbología como la pulsera roja...

– Nosotros utilizamos las escrituras y el judaísmo no como religión, sino como una vibración. En cuanto a las pulseras rojas, son una herramienta que nos ayuda a protegernos de cosas negativas, pero sobre todo nos recuerda que cada vez que actuamos mal, eso nos daña. Creemos que hay un solo Dios pero la forma que tiene cada uno de llamarlo o acercarse a él es diferente; estamos más interesados en enseñar a la gente un camino entendible para saber cómo tratar y actuar con el resto de seres humanos. Hay que orar, es importante la comunicación con el Divino, pero cómo lo haces es una cosa individual. Cuando el Creador hizo este mundo y compartió la luz, la repartió por todo el mundo y hay que juntar esas partes, pero cada uno con su forma. La belleza es que somos diferentes y, a la vez, iguales.

– La Kabbalah era hasta hace poco una ciencia espiritual reservada a muy pocos, sin embargo usted la abrió a todo el mundo.

– En mi caso personal, de niña mis padres estaban muy ocupados, crecí sola y entendí que tenía que afrontar mis propios retos. Cuando conocí a mi marido, le dije que necesitábamos transmitir a la gente la Kabbalah, que por lo menos íbamos a hacer algo en este mundo y me dijo que era imposible. Nosotros fuimos afortunados por estar en el momento perfecto. La gente es cada vez más consciente de la espiritualidad y se apega menos al materialismo

-¿Pero mediante qué lenguaje se puede llegar a todo el mundo, personas tan diferentes a nivel cultural y religioso?

-Hay que hablar siempre a las personas a su nivel, en su lengua, por eso creamos clases introductorias en varios países y tratamos de hacer llegar a la población conceptos difíciles como cosas sencillas y prácticas para que la gente pueda conocer lo que es la filosofía de la Kabbalah. Lo que pase después, lo que la gente decida hacer con esos conocimientos, ya no es cosa nuestra.

– Kabbalah requiere estudio pero también herramientas espirituales. ¿Cuáles son?

– No son herramientas físicas. Hay una oración particular para agradecer al Creador el regreso del alma al cuerpo, el que podamos ver, escuchar o comer y de ahí uno ha de sacar energía para compartir. Cada paso en mi vida estoy despertando una conciencia, he de ser consciente de cada momento de mi vida y si me entreno para ello puedo darme cuenta de la gente que me rodea, sentir...

–En los últimos años se ha producido un incremento del número de seguidores de la Kabbalah. ¿Por qué? ¿En la sociedad actual acusamos más el vacío espiritual?

– En el 2000 hubo un cambio en el Universo y desde entonces la gente se está alejando del materialismo buscando espiritualidad y empieza a entender que la plenitud no llega sólo con lo carnal y una de las formas de encontrar la verdad es a través de los estudios de Kabbalah. Es una influencia cósmica. En el mundo hay caos, guerra, crisis pero el momento más oscuro de la noche está justo antes del amanecer. Los procesos que están sucediendo en el mundo son como martillazos para despertarnos.

– Demi Moore, Madonna, Britney Spears...La Kabbalah ha arraigado entre las ‘celebrities’. ¿Quizá es porque ese materialismo es más intenso en ese mundo?

–Son seres humanos y cualquier persona que está buscando esperanza espiritual porque su alma busca más de lo que tiene, sea celebridad o no.