Arquitectura

La primera mirada escultórica a Casanova

Una versión del monumento se incorpora al MHC

Una imagen de la escultura donada esta semana al museo barcelonés
Una imagen de la escultura donada esta semana al museo barcelonéslarazon

Barcelona - Si hay una obra que se haya convertido en símbolo de 1714, más allá de novelas, esa es la escultura que representa herido al conseller Rafael Casanova, situada en la confluencia de la calle Alí Bei con Ronda de Sant Pere, en Barcelona. El monumento es probablemente el más conocido de cuantos hizo el escultor Rossend Nobas, uno de los autores clave del romanticismo catalán en la segunda mitad del siglo XIX. Esta semana el Museo de Historia de Cataluña (MHC) ha recibido en donación una pieza que puede ayudar un poco más a entender mejor cómo fue el proceso de realización del emblemático conjunto.

Procedente de una colección particular, se trata de una terracota de 125 centímetros. La conservó durante décadas el coleccionista Josep Oliva, guardada en un altillo de su piso barcelonés, oculta de la destructiva represión franquista. Sus herederas, con la donación, han querido cumplir con los deseos de Oliva, quien quería que este trabajo pudiera ser disfrutado por todos de manera pública.

En 1883, el Ayuntamiento de Barcelona quiero decorar el denominado Saló de Sant Joan, que unía el nuevo Eixample de Ildefons Cerdà con la derruida ciudadela edificada a instancias de Felipe V. Toda esta zona debía decorarse con una serie de ocho personajes representativos de lo mejor de la historia de Cataluña. Fue en 1886, Rossend Nobas recibió el encargo de poner todo su talento escultórico al servicio de Casanova. Con motivo de las Exposición Universal, celebrada en la capital catalana en la Ciutadella en 1888, se tuvieron que acelerar los trabajos y fue el acceso principal del evento el que recibió las obras.

En 1914, el original de Nobas fue traslada a su actual emplazamiento, lugar en el que fue herido Casanova. A la pieza se le incorporó un pedestal realizado por Josep Llimona.

La creación contó pronto con la simpatía del público. En otro museo barcelonés, el que conserva las colecciones creadas por el también escultor Frederic Marès, puede verse una versión más pequeña en cartón piedra que la revista catalanista «Joventut» regaló a sus subscriptores en el año 1902. Otra copia forma parte de los fondos del Museo Europeo de Arte Moderno y puede verse en la exposición que en la actualidad dedica esta institución a los cien años de escultura en Cataluña.

Por ahora se sabe que la nueva incorporación del Museo de Historia de Cataluña será una de las estrellas de la muestra que prepara para el año que viene sobre 1714.

Un artista que dejó huella en Barcelona

Realista y romántico en su trabajo, Rossend Nobas dejó buena parte de su producción en Barcelona. Además de la escultura a Casanova, destaca su «Torero herido», hoy en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (Mnac), así como la cuádriga que preside la cascada del parque de la Ciutadella o los leones del vestíbulo de la Generalitat. Nobas fue el autor de los bustos de escritores en la editorial Montaner i Simón.