El desafío independentista

Los Mossos d’Esquadra: «No aceptaremos órdenes para no intervenir»

El cuerpo autonómico se prepara para un octubre problemático y asegura que «tenemos miedo a la reacción por la sentencia»

Los Mossos d’Esquadra llevan tiempo denunciando que se sienten menospreciados / Ap
Los Mossos d’Esquadra llevan tiempo denunciando que se sienten menospreciados / Aplarazon

El cuerpo autonómico se prepara para un octubre problemático y asegura que «tenemos miedo a la reacción por la sentencia».

Los Mossos d’Esquadra se plantaron ante la cúpula y el conseller de Interior, Miquel Buch. Ante el «otoño caliente» que se avecina, los agentes exigieron que las órdenes sean tomadas por mandos policiales, en lugar de la dirección política –encarnada ahora por Pere Ferrer, nuevo director tras el relevo de Andreu Martínez–. En la retina del cuerpo policial permanecen las últimas movilizaciones independentistas, en las que se vieron embestidos y desbordados –en muchos casos con el lanzamiento de piedras– por los manifestantes sin que, desde la dirección, dieran la orden de actuar para contenerlos. En la reunión del lunes, los policías hicieron esta exigencia, y desde el departamento se aceptó, aunque el escepticismo planea con fuerza.

Ayer ya era un día complicado. Era el segundo aniversario del citado referéndum ilegal llegó un día después de la dimisión de Martínez, en teoría por «motivos personales». Su sucesor, Pere Ferrer, muy cercano al independentismo, no ha comunicado aún nada al cuerpo.

Pero hay más problemas. Por una parte, y esto viene de lejos, son las quejas por parte de los Mossos sobre la «politización» del cuerpo, que se ha acentuado sobre todo a partir de la fase masiva del «procés», en 2012. En definitiva, se sienten menospreciados por la Conselleria de Interior. También cabe recordar que la pasada semana la Policía Autonómica anuló a última hora la reunión de la Comisión Mixta de Seguridad, junto a los otros cuerpos de seguridad y administraciones. Además, Interior cesó a su jefa de comunicación por una presunta filtración a la Prensa sobre el uso del gas pimienta.

El gas pimienta se ha utilizado ya en países como Francia o Alemania, y los Mossos disponen de ello desde hace cinco años, aunque nunca lo han usado. Además, el cuerpo autonómico tiene preparadas otras medidas para las posibles reacciones violentas cuando se haga pública la sentencia del «procés».

Desde uno de los sindicatos mayoritarios del cuerpo, Uspac, uno de sus portavoces lamentó, en referencia a carencias históricas, la «falta de negociaciones, la falta de compensaciones», sobre todo por las horas extra que trabajan las unidades del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO). «Un sobreesfuerzo a cambio de nada», denuncian.

«Nos sentimos menospreciados por la Conselleria de Interior, desde hace años», dicen, en referencia a las demandas, ya crónicas, relacionadas con el material, los horarios y la conciliación familiar, entre otras viejas reivindicaciones.

Uno de los máximos temores de los Mossos para este mes, por no decir el mayor, es la reacción a la sentencia, que está prevista para los próximos días, y que resulta imprevisible en todos los sentidos. Por una parte, desde el cuerpo autonómico se asegura que no hay ningún temor en lo referente a los actos que organicen tanto la Asamblea Nacional Catalana (ANC) como Òmnium Cultural no existe intranquilidad alguna, ya que suelen ser actos pacíficos y sin incidentes.

No obstante, están los Comités de Defensa de la República (CDR), ahora mismo muy irritados por el encarcelamiento de siete de ellos. El citado portavoz de Uspac lo admitió a este diario: «Tenemos miedo a las reacciones tras la sentencia».

Sobre el relevo de la cúpula de Interior, el portavoz de Uspac indicó que el nuevo máximo responsable, Pere Ferrer, no les había comunicado nada en 24 horas. Sí lo hizo su antecesor, Andreu Joan Martínez, que envió una carta al cuerpo, criticando «las voces disonantes que quieren contribuir a la crispación».

Por su parte, Toni Castejón, portavoz de Fepol, consideró «una irresponsabilidad» e «inapropiado» que algunos políticos y partidos llamen a los Mossos «policía política». Denunció, y no es ni mucho menos la primera vez, que se está usando al cuerpo autonómico como «arma política». «Se está utilizando a la Policía. Se olvidan de que somos funcionarios públicos, y ellos también lo son. Cobran para hacer un trabajo, no para destruir el trabajo de otros», añadió.