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Truco de cocina

Pocas personas lo saben, pero saltear el ajo antes o después de la cebolla puede marcar la diferencia en un plato

El paso definitivo que le cambiara el sabor a tu plato

Pocas personas lo saben, pero saltear el ajo antes o después de la cebolla puede marcar la diferencia en un plato
Pocas personas lo saben, pero saltear el ajo antes o después de la cebolla puede marcar la diferencia en un platoCanva

Para muchos, cocinar es un acto casi instintivo, algo que se aprende en casa o últimamente también viendo recetas en redes sociales. Sin embargo, hay pequeños detalles que, aunque parezcan insignificantes, pueden transformar por completo el sabor y la textura de un plato. Uno de esos detalles es el orden en que se saltean el ajo y la cebolla, dos ingredientes básicos en infinidad de recetas.

Aunque pueda parecer trivial, decidir cuál va primero en la sartén tiene más impacto de lo que imaginas. No es simplemente una cuestión de costumbre o preferencia, sino de cómo cada ingrediente reacciona al calor y cómo influye en el desarrollo de sabores del plato.

¿Por qué importa el orden?

Tanto el ajo como la cebolla aportan aromas y sabores esenciales en muchas preparaciones, pero reaccionan de manera distinta al calor. El ajo, al entrar en contacto con la grasa caliente (sea aceite, mantequilla o cualquier otro medio), libera rápidamente sus aceites esenciales, los cuales impregnan la base del plato con su sabor característico. Sin embargo, el ajo es delicado, si se cocina demasiado tiempo o a fuego muy alto, puede quemarse y adquirir un sabor amargo.

Por otro lado, la cebollacontiene una mayor cantidad de agua. Al saltearla, primero libera esa humedad, lo que ralentiza el proceso de dorado, ya que la sartén se enfría ligeramente. Por eso, si colocas la cebolla primero, el ambiente será más húmedo y menos propicio para que el ajo se dore correctamente si lo añades después. Esto puede hacer que el ajo quede más suave, sin ese toque dorado que muchos buscamos en un buen sofrito.

¿Qué pasa si salteas primero el ajo?

Cuando decides comenzar el sofrito con el ajo, lo que haces es permitir que esos aceites naturales se mezclen con la grasa de cocción desde el principio, generando una base aromática más intensa. Eso sí, es importante hacerlo a fuego bajo o medio, vigilando que no se queme.

Una vez el ajo empieza a tomar un color ligeramente dorado, puedes añadir la cebolla. La humedad que libera esta última ayuda a detener la cocción del ajo, evitando que se queme, pero dejando ese sabor potente y bien integrado.

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¿Y si prefieres empezar por la cebolla?

Si eliges colocar primero la cebolla, el resultado es distinto, pero no por ello incorrecto. Al empezar con la cebolla, esta suelta su humedad y comienza a caramelizarse lentamente, aportando un sabor dulce y suave que domina el sofrito. El ajo, cuando se incorpora después, queda más sutil, actuando como un acompañante en segundo plano.

Esta técnica funciona bien en platos más elaborados, como salsas para pastas, guisos o salteados de verduras, donde el protagonismo de la cebolla es importante para construir una base de sabor rica y envolvente.

La opción correcta

La respuesta depende del plato que estés preparando y del sabor que busques resaltar. Si quieres que el ajo brille, empieza con él, si prefieres un fondo más dulce y suave, la cebolla debería ir primero.