Barcelona

Los Mossos dispararán agua para sofocar los disturbios con un tanqueta de los 90

La Razón
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o que debía ser una comisión para analizar el uso de pelotas de goma por parte de los antidisturbios se ha transformado en un debate sobre el modelo de orden público catalán. Quienes estaban en contra del uso de las pelotas de goma como elemento de dispersión, que, según las investigaciones, habría dejado sin ojo izquierdo a Esther Quintana, durante la huelga del 14-N en Barcelona, tendrán doble ración. Los Mossos d'Esquadra no sólo seguirán utilizando las pelotas de goma como herramienta antidisturbio, sino que en el plazo de un mes podrán lanzar chorros de agua.

El mismo director general de los Mossos d'Esquadra, Manel Prat, informó de que los cañones de agua no son un método menos lesivo que las pelotas de goma y que también causan lesiones y pérdida de ojos. En defensa propia, alegó que «no existe ningún método de dispersión que no comporte riesgos». Sin ir más lejos, en Turquía, el desalojo de la plaza Taksim de Estambul, donde los agentes utilizaron gases lacrimógenos y cañones de agua, acabó hace cuatro días con cientos de heridos.

Prat alegó que los chorros de agua son adecuados para el modelo de orden público que emplean los Mossos, basado en mantener a distancia a los vándalos que generan disturbios.

La historia es que la Generalitat tiene un camión de agua de los años 90, pero nunca se ha utilizado. Esta técnica de dispersión genera mucho recelos. Fuentes del Cuerpo Nacional de Policía alertaron de que los tanques son poco operativos porque necesitan vías anchas para poder maniobrar y tienen una autonomía reducida. Amnistía Internacional de Cataluña avisó de que los cañones de agua pueden causar «lesiones graves» y lo mismo dijeron los sindicatos de la policía catalana. Pero Prat está decidido a estrenar el artefacto. Tan dispuesto que Interior ya trabaja para tener la plataforma dispuesta en el plazo de un mes, tiempo suficiente, según el director general de los Mossos d'Esquadra para que los agentes aprendan a utilizarla.

Lo que no está decidido aún es el «modus operandi», si se podrán disparar los cañones sólo con una orden expresa del director.

Los chorros de agua no sustituyen a las polémicas pelotas de goma, que seguirán usándose «con prudencia, como medida excepcional y bajo las órdenes del director general», aseguró. Prat defendió que en dos años y medio, sólo se han utilizado en tres ocasiones –en las tres ha habido heridos graves–, pese a que se han producido 15.000 manifestaciones. Tras este alegato, admitió que la atención que presta Interior a las víctimas de una herida por pelota de goma «no está bien articulada». Los sindicatos defendieron que necesitan herramientas contra los violentos.