Prostitución

Pacto para no multar a las prostitutas en Barcelona

Las mujeres que ejercen en las calles de Barcelona se mantiene entre 390 y 450 desde que se aprobó la ordenanza de civismo. En 2016, se cobró la mitad de las 80 multas puestas a clientes

El gobierno de Colau aboga por eliminar las multas a las mujeres y consensuar con los vecinos alternativas que pasan por la mediación
El gobierno de Colau aboga por eliminar las multas a las mujeres y consensuar con los vecinos alternativas que pasan por la mediaciónlarazon

Las mujeres que ejercen en las calles de Barcelona se mantiene entre 390 y 450 desde que se aprobó la ordenanza de civismo. En 2016, se cobró la mitad de las 80 multas puestas a clientes.

Hace ya doce años, cuando el imperio socialista en el Ayuntamiento de Barcelona empezaba a mostrar síntomas de decadencia, se creó la ordenanza de civismo para sosegar la revolución por el malestar que causaba ver a guiris miccionando en la calle, jóvenes haciendo botellón, suelos sucios y locos en monopatín por las aceras. Entonces, los socios del gobierno tripartito municipal se enzarzaron en un agrio debate por la prostitución. Multarla o no, esa era la cuestión. La ordenanza que acabó aprobándose decía que se multaba a los clientes con sanciones de entre 1.000 y 1.500 euros a los que pillaban «in fraganti» negociando el servicio con la prostituta. Y a las mujeres con multas de entre los 100 y los 750 euros. Doce años después de entrar en vigor la ordenanza de civismo, se ha demostrado que multar no es la solución a este problema.

Desde 2005, el número de mujeres que ejercen la prostitución en las calles de Barcelona no ha variado, se mantiene entre 390 y 450. En la parte baja de la Rambla, entre las estaciones de Drassanes y Liceo es frecuente ver a mujeres subsaharianas vendiendo su cuerpo.

Visto que las multas no es la solución, el gobierno de Ada Colau, las propias mujeres que ejercen la prostitución y el grupo de investigación en Derecho, Antígona, consensuaron ayer durante una jornada que llevaba por nombre «Prostitución y Ordenanzas Municipales», que hay que eliminar las sanciones. De hecho, en el último año, Barcelona no ha puesto multas a las mujeres por respeto a la Ley de Seguridad Ciudadana aprobada por el Gobierno que defiende no poner sanciones económicas a las prostitutas. En cambio, si se ha multado a clientes. En 2016, concretamente, se pusieron 80 sanciones, sin embargo, sólo se cobraron una cuarentena, la mitad. Según información que facilitó el Ayuntamiento de Barcelona, sólo se cobraban el 10 por ciento de las multas a las mujeres. El importe de las multas a clientes oscila entre los 1.000 y los 1.500 euros a los clientes y entre los 100 y los 750 euros a las mujeres.

En la jornada celebrada en la biblioteca Jaume Fuster, la concejal de Feminismos y LGTBI, Laura Pérez, concluyó que la ordenanza de civismo actual que multa a las mujeres por ejercer la prostitución en la vía pública «no ha aportado soluciones, persigue a las mujeres y las pone en situación de vulnerabilidad». La presidenta del grupo Antígona, Encarna Bodelón, por su parte, destacó que las multas se imponen sobre las mujeres que en general tienen poco recursos económicos, además de ser un mecanismo que «criminaliza» y «estigmatiza». Tan pocos recursos tiene, que pese a sólo cobrar el 10 por ciento de las sanciones, las mujeres cotnraen una deuda con la administración que les impide a acceder a ayudas sociales.