Renuncia el concejal de Lloret vinculado a la trama mafiosa

El primer teniente de alcalde de Lloret de Mar, Josep Valls, imputado por cohecho y prevaricación en la supuesta trama de corrupción urbanística de esta población, renunció ayer temporalmente a las áreas que gestionaba en el Ayuntamiento, pero anunció que mantendrá su acta de concejal y que acudirá a los plenos municipales. Tampoco seguirá como portavoz municipal de CiU. Su renuncia temporal fue aceptada por el actual alcalde, Romà Codina.

Valls fue concejal de Urbanismo en la época de Xavier Crespo en la alcaldía, en la que presuntamente se desarrolló el blanqueo de dinero relacionado con la mafia rusa que ha destapado la operación Clotilde. Ahora era responsable de las áreas de vía pública, servicios, obras públicas, infraestructuras y barrios.

Club bajo sospecha

Cabe recordar que Valls es el presidente del equipo de fútbol de Lloret, bajo sospecha en esta trama porque el juez que instruye el caso, Eloy Velasco, investiga si el supuesto cabecilla de la mafia rusa, Andrei Petrov, financió este club a cambio de favores urbanísticos de Crespo. Petrov declaró ante el magistrado que sufragó con 270.000 euros los equipos de fútbol y de hockey.

El concejal de CiU fue detenido el 29 de enero y, tras declarar ante el juez Velasco, el día después fue puesto en libertad e imputado por los citados delitos de prevaricación y cochecho.

Según las investigaciones policiales, desde su cargo de concejal de Urbanismo, Valls, cumpliendo órdenes de Crespo facilitó licencias urbanísticas de las que se beneficiaron empresas de Petrov. A cambio de estas concesiones, Valls habría recibido pagos de la organización criminal a través de la esponsorización del equipo de fútbol. Entre las licencias que Valls habría concedido de forma irregular, y siempre según la investigación, se encuentra la adjudicación del 35 por ciento de la gestión del centro comercial construido en la antigua plaza de toros de la localidad, que incluyó la creación de 400 plazas de garaje.

La operación Clotilde se ha saldado de momento con ocho detenidos y cinco imputados más, relacionados con una red de empresas vinculadas a Semion Mogilevich, uno de los diez delincuentes más buscados por el FBI estadounidense.