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Saint-Chartier, un castillo literario

Ivo Fornesa se estrena en el género policiaco

Saint-Chartier, un castillo literario
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SAINT-CHARTIER (FRANCIA)- Hace años que Ivo Fornesa, escritor y empresario, recorre el mundo, especialmente Asia, continente que conoce como la palma de su mano. Pero hace poco que decidió descansar de tanto viaje transcontinental y buscó instalarse en Francia, concretamente en un castillo, en el pueblo de Saint-Chartier, que está restaurando casi de manera artesanal. La imponente fortaleza y su entorno son los escenarios de su estreno como autor de novela policiaca. «El castillo de Saint-Chartier», editada por RBA, parece adoptar tonos autobiográficos al hablar de una serie de personajes que parecen cercanos al mundo de Fornesa.

La novela arranca con el fallecimiento de un millonario argentino llamado Carlos Shennan, el nuevo propietario del castillo de Saint-Chartier, durante la fiesta de inauguración de rehabilitación del edificio. La tesis de la muerte accidental, sostenida por la gendarmería de la localidad, empezará a hacer aguas cuando un residente recién llegado, Laurent de Rodergues, empiece a investigar el caso en el que se dan la mano el misterio y la historia.

El autor, en declaraciones a LA RAZÓN, explica que el libro está escrito con la ambición de «entretener al lector y eso es lo que me gustaría que me dijeran después de leerlo. Me gusta mucho la novela negra, pero no me planteé una pauta mientras trabajaba en el libro». Fornesa empezó a escribir la novela como una distracción, un 31 de diciembre, mientras esperaba en unacárcel de China que un grupo de funcionarias corruptas concluyeran la elaboración de un libro de bibliófilo, de más de siete kilos de peso, que él mismo había diseñado. Pero la cosa fue más allá y lo que parecía un entretenimiento más, desembocó en un relato de intriga y misterio.

«Siempre he sido un lector del género. Como todos los meses hacía tres viajes transcontinentales, por lo que acabas comprando estas novelas en el aeropuerto y se convierten en tu lectura durante todo el vuelo», apunta. Cuando se le pregunta por sus referentes dentro de este apartado señala a Simenon y Agatha Christie, cuya novela «Diez negritos» parece una de las principales influencias de Fornesa.

El autor de «El castillo de Saint-Chartier» ha tenido una vida propia de una obra de aventuras. Ha sido legionario, religioso fransciscano en Tierra Santa, además de empresario que se ha dedicado a montar pabellobes de ferias por medio, algo que le ha llevado por China, Tailandia o México, países en los que ha tenido casa. Fruto de esas experiencias es una fascinante colección de objetos que se reparten por algunas de las estancias del castillo de Saint-Chartier. Es, como él mismo dice, «un coleccionismo obsesivo» que le permite tener desde un Cristo de madera policromada procedente de un templo vietnamita al traje de torero de Mario Cabré.

Entre los proyectos está abrir, junto a su castillo, el primer museo del mundo dedicado a vestuario religioso, con ropas de monjes tibetanos o un hábito papal.

De Ricardo Corazón de León a George Sand

El castillo de Saint-Chartier se encuentra en la localidad homónima francesa de 600 habitantes. La fortaleza fue construída en el siglo VII y acogió en sus primeros tiempos al rey Ricardo Corazón de León, primera de las personalidades históricas que han pasado por ella. Juana de Arco o Napoleón, tras su derrota en Waterloo, también descansaron en el castillo. A la escritora George Sand le fascinó la finca y la hizo escenario de su obra «Los maestros gaiteros».

«El castillo de Saint-Chartier»

Ivo Fornesa

RBA

366 páginas, 18 euros.